María Florencia Rodríguez finalizó una exigente carrera de trail y fue sorprendida por su pareja, Pablo Kisbatter, con una propuesta de matrimonio. Elonce habló con los protagonistas de esta historia de amor, planificación y emoción.
El Desafío Río Pinto, en Córdoba, fue escenario no solo de una competencia deportiva exigente, sino también de un momento inolvidable. María Florencia Rodríguez completó una de las categorías del trail —de 7, 15 o 30 km— y al cruzar la meta la esperaba algo más que una medalla: su pareja, Pablo Emmanuel Kisbatter, la sorprendió con una propuesta de matrimonio.
“Ella corrió ese sábado por la mañana. Mientras tanto, con unos amigos que me ayudaron tanto en lo psicológico como en lo logístico, organizamos todo. Hablamos con la organización del evento para que me dejaran esperarla con el anillo”, relató Pablo a Elonce.
Con emoción en la voz, recordó: “La idea era entregarle la medalla, pero gracias a la buena predisposición de todos, se pudo hacer la propuesta frente a todos. Fue muy lindo”.
Una espera que valió la pena
Florencia, aún emocionada, reconoció que no se lo esperaba: “Nunca se me hubiera ocurrido. Él es bastante nervioso y le da vergüenza, así que fue todo un acontecimiento”. Y agregó entre risas: “Yo ya había perdido la esperanza. Hace ocho años y medio que estamos de novios y convivimos hace tiempo. No pensé que iba a llegar el anillo”.
Pablo admitió que la propuesta fue algo muy pensado: “Diez años son muchos. Veníamos hablando del casamiento hace tiempo, pero yo soy muy indeciso con las decisiones importantes, incluso con la elección del anillo. La idea era hacerlo en vacaciones, pero no me decidía”.
Finalmente, todo se alineó: “Cuando tuve el anillo indicado, y justo se dio que viajábamos con amigos, que el día estuvo espectacular y que ella llegó sana, sentí que era el momento. Todo cuadró para un día perfecto”, expresó con gratitud.
Planes para una nueva etapa
Ahora la pareja piensa en lo que vendrá. “La idea es empezar a planificar para la primavera o el verano, que siempre hay días lindos para celebrar”, dijo Florencia, con una sonrisa que hablaba de felicidad y nuevos sueños.
El trail terminó con abrazos, lágrimas y una promesa de amor. Una medalla, una rodilla en el suelo, y un “sí” sellaron un momento que ni los kilómetros recorridos ni el tiempo podrán borrar.