Luego que saliera a la luz la estafa con la fiesta de recepción, se conocieron otras estafas que habría cometido la madre que perdió los $17 millones en el casino.
El escándalo alrededor de Romina Enríquez, la madre que reconoció haber perdido $17.800.000 en el casino de Misiones y dejó a 35 estudiantes al borde de quedarse sin su fiesta de egresados, suma nuevos capítulos ya que se reveló que había estado involucrada en otros casos similares.
“Ella ya había estafado a muchas personas, pero como no eran montos tan grandes, nadie la denunció. Tuvo que pasarnos a nosotros para que sus antecedentes salieran a la luz”, reveló Mónica, una de las tutoras y vocera de las familias damnificadas.
Según el testimonio, la acusada se ocupó de administrar los fondos porque “tenía contactos con los servicios y en teoría ya tenía experiencia (con la organización de eventos). Lo que no sabíamos es que tenía experiencia en estafar a la gente también".
La estafa que salió a la luz el día de la fiesta
El escándalo explotó el viernes, horas antes de la recepción. “Desde la escuela me llamaron porque los dueños del salón buscaban a los padres responsables: el evento estaba suspendido. Ahí me enteré que esta señora nunca había pagado más que la seña”, relató Mónica. El dinero, según la misma acusada admitió después, lo gastó apostando.
“La mayoría de los padres llegaba con lo justo a fin de mes y hacía un esfuerzo enorme para pagar. Hubo familias que hasta vendieron cosas para juntar la plata”, lamentó la vocera del grupo.
Cómo salvaron la fiesta
Con la fiesta en riesgo, los padres se reunieron de urgencia con los dueños del salón. Así lograron un acuerdo para hacer el evento igual, aunque con un presupuesto mucho más ajustado: $10 millones por salón, sonido y decoración.
El catering original quedó descartado y cada familia llevó la comida. “Acordamos que todas las mesas tuvieran la misma cena: empanadas y pizza. La bebida se compró en el salón y así también pagamos seguridad y otros servicios”, detalló Mónica.
El intendente de Eldorado, Rodrigo “Pipo” Durán, intervino como garante y se comprometió a cubrir la deuda si las familias no podían pagar.
Tenía antecedentes, pero nadie la denunció
Tras la denuncia, empezaron a aparecer otras situaciones similares cometidas por la mujer. “No era esa suma de dinero, entonces la gente no hacía la denuncia. Acá somos muy pasivos, muy tranquilos”, sostuvo Mónica.
Más familias se acercaron a la comisaría para presentar comprobantes y sumarse a la causa penal iniciada contra la denunciada por el delito de administración fraudulenta. La Justicia deberá determinar el monto total de la estafa, que podría ser aún mayor.
Más allá del golpe económico, el daño emocional fue enorme. “No es solo la plata, es todo lo que conlleva. Tengo un cansancio mental, físico y emocional impresionante. Lo único que pensamos fue en los chicos, porque una recepción no se repite y dejarlos sin eso era muy injusto”, cerró Mónica en diálogo con Red Ciudadana.