La parroquia Santa Ana de Viale cumplió 100 años y lo celebró con un almuerzo multitudinario, misa y música en vivo.
Ni la lluvia impidió que este domingo se viviera una jornada llena de emoción en la ciudad de Viale. Con un almuerzo multitudinario, espectáculos musicales y una misa cargada de simbolismo, la comunidad celebró los 100 años de la parroquia Santa Ana, un templo que ha sido testigo de la vida espiritual y social de generaciones de vecinos.
El encuentro central tuvo lugar en el salón Don Bosco, donde cientos de personas compartieron un almuerzo comunitario en un ambiente festivo. Posteriormente, la jornada continuó con presentaciones de música folclórica y cumbia que convocaron tanto a familias como a visitantes de localidades vecinas. La misa fue presidida por autoridades eclesiásticas y contó con la presencia de exsacerdotes y referentes históricos de la comunidad parroquial.
El aniversario no solo marcó una fecha significativa en el calendario litúrgico local, sino que se convirtió en un momento para repasar la historia y valorar el legado de quienes hicieron posible este espacio de fe que sigue vigente tras un siglo.
Una historia que nació con la fe de sus primeros vecinos
La historia de la parroquia Santa Ana se remonta a 1922, cuando el padre Vicente Weninges impulsó los primeros encuentros de oración comunitaria. El 4 de octubre de ese mismo año se colocó la piedra fundamental, marcando el inicio de la construcción del templo en terrenos donados por Julia del Carril, en un gesto de profundo compromiso con la fe.
A lo largo de los años, vecinos como Aurelio Blas Croce y Mateo Bruno acompañaron activamente el proceso de edificación de la iglesia. Bajo la advocación de Santa Ana —patrona de los inmigrantes italianos que llegaron desde Sambuco—, el templo fue finalmente bendecido el 14 de julio de 1925 por Monseñor de Carlo, por aquel entonces obispo de Paraná.
La primera fiesta patronal se celebró pocos días después, el 26 de julio, y desde entonces se convirtió en una de las tradiciones religiosas más importantes de Viale, congregando a fieles de toda la región. La parroquia ha sido desde entonces no solo un espacio de oración, sino también de contención, encuentro y organización comunitaria.
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