REDACCIÓN ELONCE
Tras una serie de intensas intervenciones, más de 100 arrestos fueron realizados, pero la respuesta de los narcotraficantes pone a la ciudad en alerta. La opinión de una periodista.
En un operativo sin precedentes, las fuerzas policiales de Río de Janeiro desmantelaron a una de las organizaciones criminales más poderosas del país: el Comando Vermelho. Este grupo, que opera en las favelas y extiende su influencia a lo largo de Brasil, fue responsable de diversas actividades delictivas, desde el narcotráfico hasta el lavado de dinero. El operativo, que venía siendo planeado durante meses, resultó en la detención de más de 100 individuos, incluidos líderes del cartel y sus colaboradores.
Leticia Navarro, periodista brasileña que sigue de cerca los eventos, afirmó a Elonce: “Este operativo fue el resultado de una investigación de largo alcance. Se trataba de desmantelar una red criminal que ha operado por años en Río de Janeiro y otras partes del país”. Se comentó que la ofensiva contra el Comando Vermelho incluyó ataques de drones y fuerzas especiales, un intento de hacer frente al poderío militar del grupo narcotraficante.
La violencia en las calles de Río alcanzó niveles alarmantes durante los dos días de la operación. “La ciudad prácticamente estuvo sitiada. Vimos cuerpos en las calles, y el aeropuerto fue cerrado. El narcotráfico ha mostrado un poderío bélico impresionante”, comentó Leticia. Esta intervención dejó al menos 132 muertos, entre los cuales se incluyen miembros del Comando Vermelho, policías y civiles, según informaron fuentes locales.
Alerta y represalias: el desafío de pacificar Río
A pesar de los avances del operativo, la situación en Río de Janeiro sigue siendo incierta. El gobierno federal, liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, envió una comitiva de emergencia para evaluar la situación en el estado. Aunque la alerta bajó de nivel 2 a nivel 1, las autoridades temen represalias por parte de los narcotraficantes. Leticia Navarro explicó: “El Comando Vermelho es una organización con ramificaciones que van más allá de Río de Janeiro. Esto puede generar una guerra interna entre las facciones rivales en las favelas”.
Además de las represalias, se teme que otras bandas de narcotraficantes intenten apoderarse de los territorios dejados vacíos tras la captura de los líderes del Comando Vermelho. Las bandas rivales ya están buscando tomar control de áreas clave. “Estamos frente a una guerra interna entre los narcotraficantes, y es un desafío mantener el orden en la ciudad”, señaló Navarro.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, declaró que el operativo había sido exitoso, aunque la reacción internacional ha sido crítica. La ONU y organizaciones de derechos humanos emitieron comunicados expresando su preocupación por la violencia y el alto número de víctimas. En palabras de Leticia Navarro, “se ha acusado al gobierno de convertir esta operación en una masacre. Los medios internacionales han mostrado su preocupación por lo que se ha vivido en las calles de Río”.
El Comando Vermelho: historia de una organización criminal
El Comando Vermelho fue fundado a finales de la década de 1970 en las cárceles de Río de Janeiro. Inicialmente, surgió como una agrupación de prisioneros que adoptaron tácticas de guerrilla aprendidas de antiguos militantes de la dictadura brasileña. Desde entonces, la organización creció, involucrando tanto a paramilitares como a exmiembros de la policía. Esta expansión permitió que el Comando Vermelho se convierta en uno de los carteles de narcotráfico más poderosos de Brasil, extendiendo su influencia no solo en Río, sino también en otras regiones como la Amazonía.
A medida que el grupo fue adquiriendo poder, sus actividades se diversificaron, incluyendo el tráfico de armas, el lavado de dinero, e incluso la manipulación de criptomonedas. Leticia Navarro agregó: “El Comando Vermelho ya no es solo una organización de narcotráfico, sino un verdadero poder paralelo que maneja incluso aspectos económicos y políticos dentro del país. Tienen vínculos con políticos, jueces y empresarios".
La corrupción que generaron en las instituciones brasileñas fue uno de los mayores desafíos para el país. Según Navarro, “lo que estamos viendo no es solo un enfrentamiento con una organización criminal, sino un estado dentro del estado, donde las fuerzas del orden se ven desbordadas por el poderío del narcotráfico”.
Próximos pasos: medidas federales y la mirada internacional
A pesar de los esfuerzos locales, se hace cada vez más evidente que la policía de Río de Janeiro no tiene los recursos suficientes para enfrentar a organizaciones como el Comando Vermelho. Las autoridades brasileñas solicitaron la intervención de las fuerzas armadas para tratar de recuperar el control de las áreas más conflictivas. Sin embargo, la situación continúa siendo tensa, y la intervención militar podría ser una respuesta de doble filo, ya que el riesgo de escalada en la violencia es alto.
La comunidad internacional también está atenta a la evolución de la crisis. Estados Unidos, a través de un comunicado de la Casa Blanca, solicitó medidas más estrictas para evitar que Brasil se convierta en un “narcoestado” como otras naciones latinoamericanas. "Estamos ante una situación que podría afectar no solo a Brasil, sino a la estabilidad de la región entera", indicó Leticia Navarro.
