Miles de biciperegrinos unieron Gualeguaychú con Concepción del Uruguay en la 14° edición de la tradicional biciperegrinación por la Inmaculada Concepción.
Miles de biciperegrinos participaron este 8 de diciembre en la 14° Biciperegrinación que unió Gualeguaychú con Concepción del Uruguay en honor a la Inmaculada Concepción. La caravana, que ya es un clásico provincial, partió alrededor de las 4 de la mañana y recorrió cerca de 70 kilómetros hasta llegar a la histórica Basílica de la Inmaculada Concepción.
El evento contó con el acompañamiento logístico de Bomberos Voluntarios, ambulancias y personal de la Policía de Entre Ríos, quienes garantizaron la seguridad de los participantes durante todo el trayecto. La columna de ciclistas avanzó por la ruta en un clima de emoción, devoción y profundo sentido comunitario, consolidando una tradición que crece año tras año.
Pasado el mediodía comenzaron a arribar los primeros grupos, recibidos con aplausos, campanas y muestras de afecto por parte de familiares, peregrinos y fieles que esperaban en la explanada de la Basílica. La llegada fue marcada por la mezcla de cansancio, alegría y agradecimiento de quienes cumplieron la promesa o realizaron la travesía por primera vez.
Una caravana de fe, música y oración que ya es tradición
Durante el recorrido, los biciperegrinos compartieron momentos de animación, cantos religiosos y oraciones coordinadas por los servidores y voluntarios que acompañaron la columna. A lo largo de la ruta se sumaron ciclistas de distintas localidades, logrando una participación multitudinaria que reafirma la vigencia de esta expresión de fe popular.
La organización destacó el comportamiento ejemplar de los participantes, quienes en todo momento respetaron las indicaciones de seguridad y mantuvieron un ritmo de marcha ordenado. Los puestos de hidratación y asistencia permitieron que el contingente avanzara con tranquilidad, especialmente en los tramos más extensos.
La peregrinación también tuvo un sentido especial para quienes participaron en homenaje a familiares, amigos o seres queridos ausentes. Muchas bicicletas llevaban cintas, imágenes o mensajes de agradecimiento, reforzando el carácter espiritual del encuentro. (Con información de Máxima Online y La Pirámide)