REDACCIÓN ELONCE
La parroquia Santa Ana vivió un momento histórico con la colocación de la cúpula de su nuevo campanario. El padre Jorge Bonín y el equipo técnico detallaron a Elonce el proceso y el aporte comunitario que permitió avanzar en la obra.
La parroquia Santa Ana, ubicada sobre calle Juan Garrigó 754 de Paraná, concretó este viernes un hecho esperado por su comunidad: la colocación de la cúpula en el nuevo campanario. La estructura fue elevada mediante una grúa especializada, en una jornada que reunió a vecinos y referentes parroquiales para presenciar el avance de la obra.
En la oportunidad, el sacerdote Jorge Bonín explicó a Elonce que la construcción del campanario representaba un deseo compartido por la comunidad. “Gracias a Dios, en estos meses, se ha podido levantar el campanario que todos estábamos deseando para tener las campanas que nos llamaran a celebrar la Santa Misa y las fiestas patronales”, indicó; y agregó que la instalación del techo del campanario representaba “coronar” la estructura.
El aporte técnico y la tarea en altura
Por su parte, Justo Bobier, integrante de la empresa Grúas Bobier, detalló el rol que desempeñaron en esta etapa. “Somos el último eslabón, porque antes se hizo la parte civil con la compra y el montaje de las campanas”, señaló. Indicó que la cúpula “mide dos metros por dos, pesa alrededor de 200 kilos y se elevó a 10/12 metros de altura".
Sobre el procedimiento técnico, explicó: “Trabajamos con una grúa que tiene un alcance de 40 metros de altura y 35 toneladas. Aunque estamos holgados, dadas las circunstancias por las interferencias de veredas y el cableado, necesitamos esta máquina para que todo salga prolijo y seguro”.
El montaje requirió coordinación entre operadores e instaladores. “Es cuestión de paciencia, pero los años nos ayudaron a tener profesionalismo y el factor humano es el que más nos guía”, expresó Justo, mientras su equipo ajustaba la cúpula en la parte superior del campanario, que alcanzará entre 10 y 12 metros de altura.
Vínculo con la comunidad y motivación espiritual
“Continuamos con el legado familiar que nos dejó nuestro padre y seguimos trabajando, en lo común y en lo extraordinario, pero en este caso es muy lindo acompañar y disfrutar de este evento”, valoró Bovier (h).
De hecho, Justo destacó también la conexión espiritual que motiva su trabajo. “Tenemos la fe allá arriba y, con el apoyo de la familia, seguimos colaborando con cada iglesia en particular”, expresó. En la misma línea, el padre Bonín resaltó el sentido comunitario del proyecto: “Las campanas son ese llamado que viene del cielo y que invita a levantar la mirada cuando vemos una iglesia”.
La obra continuará con el trabajo de los herreros encargados de completar el amurado de la estructura, y la parroquia definirá más adelante la fecha de inauguración formal del campanario.