El ladrón fue detenido a una cuadra del local con el dinero sustraído. “Provocan más daño por la rotura del vidrio que por lo que roban”, dijo el dueño a Elonce.
Un delincuente fue detenido luego de ingresar a una verdulería ubicada en Leandro N. Alem 915, en Paraná, tras romper la vidriera del comercio durante la madrugada. El hecho ocurrió alrededor de las 3, cuando un llamado al 911 alertó a la Policía sobre la presencia de un hombre dentro del local.
Durante el patrullaje, los efectivos localizaron a un sospechoso en calle Posada, entre avenida Ramírez y Brasil, cuya descripción coincidía con la aportada por un testigo. Al identificarlo, encontraron en su poder aproximadamente $10.050, el dinero sustraído de la caja registradora.
“No sacó nada para comer”
El propietario del comercio, Juan Carlos Lerena, relató a Elonce que “el ladrón robó unos 10.000 pesos, que es lo que se cuenta con cambio en la Caja para arrancar la jornada”. Sin embargo, lo que más lo sorprendió fue que “no sacó otra cosa, no sacó nada para comer, nada que indique que necesitaba de alguna forma algo para subsistir. Es simplemente este motivo que lo lleva adelante por la delincuencia misma”, lamentó.
Respecto del accionar policial, Lerena señaló que “la policía que acá a una cuadra nomás lo agarró con exactamente la misma cantidad de plata que figuraban que teníamos en la caja, en la mano, digamos, y él mismo lo reconoció al hecho pidiendo inmediatamente ser trasladado al Hospital Escuela de Salud Mental y que no lo llevaran a una comisaría, porque al parecer ya sabía que con antecedente iba a quedar más tiempo detenido del que él pensaba”.
También afirmó que los agentes le informaron que “es un delincuente conocido, que en realidad ya están bastante acostumbrados a tener que agarrarlos, digamos, y no pueden hacer más que eso, tomarle los datos y es cuestión de horas para que vuelvan a estar en la calle”.
Daños reiterados y temor entre comerciantes
Lerena remarcó la celeridad del operativo: “Realmente la respuesta fue inmediata de la policía, porque cuando veo las cámaras, él rompió exactamente el vidrio a las 2:59 y a las 3:4 minutos ya lo tenían agarrado”. Atribuyó esa rapidez al aviso de los vecinos: “Gracias al llamado de los vecinos que escuchó una explosión del vidrio, el 911 no debe haber demorado más de un minuto, dos. Estamos así a dos cuadras”.
Señaló además que no es un caso aislado: “Roban en este negocio particularmente es la segunda vez y cuatro meses atrás en otro negocio cercano acá también de mi propiedad rompieron también el vidrio con la misma intención de sustraer lo que encontraran de efectivo. Pero nada comestible”.
El daño económico, aseguró, es mayor que el botín: “Provocan más daño monetario por la rotura de los cristales que por lo que pueden llegar a sustraer. Cambiar esa hoja de vidrio debe estar cerca de los 300.000 pesos”.
Finalmente, expresó su preocupación por la inseguridad creciente: “Ese es el daño y el inconveniente diario para seguir atendiendo en forma normal. A uno lo llena de dudas porque no sabe de qué forma prevenirlo tampoco”. Y añadió: “Al parecer hoy en día es como que no se puede hacer demasiado con la gente que está en situación de calle… acá la verdad que se pasa mal porque uno está permanentemente teniendo que cuidarse o al acecho de esa gente que, por distintas necesidades, por adicciones o lo que sea, está tratando de sustraer cosas de los comercios de la zona”.