REDACCIÓN ELONCE
La atleta de Gualeguay, denunció que una aerolínea destrozó su silla postural durante un vuelo. Explicó ante Elonce el impacto que esta situación tiene en su vida cotidiana y pidió mayor conciencia sobre el trato al equipamiento de personas con discapacidad.
La atleta paralímpica entrerriana Stefanía Ferrando vive una situación angustiante tras un viaje de regreso a la Argentina. Durante el traslado aéreo, su silla de ruedas fue completamente destruida por una aerolínea, lo que le generó serias dificultades para continuar con su vida diaria.
“Hoy realmente me toca vivir esto a mí, pero nos pasa a todas las personas con discapacidad que viajamos con sillas de ruedas, de que viajar en avión no te garantiza saber que vas a llegar con tu equipamiento en buen estado porque no lo cuidan”, denunció ante Elonce.
Relató que regresaba de representar al país en un encuentro de mujeres deportistas realizado en México. En el trayecto de regreso, que incluyó escalas en Chile, su silla de ruedas sufrió daños irreparables. “Nos encontramos con que estaba completamente destruida”, dijo.
Caída de gran altura y pérdida invaluable
La silla en cuestión no era cualquier dispositivo: se trataba de un modelo reforzado, diseñado para uso exterior, hecho a medida y con especificaciones posturales clave para su condición. “Para que se haya roto de la manera que se rompió es porque se ha caído de una altura de unos 10 metros, porque es impresionante, si no sería imposible de romper”, detalló.
Además, explicó que la silla “tiene un almohadón específico, un respaldo específico que todo es hecho a medida. Tiene cinturones de seguridad que son muy importantes para mí porque yo no controlo muy bien mi tronco, no tengo mucha fuerza”.
Dispositivo único e irremplazable
La silla también cuenta con ruedas especiales para la movilidad en la calle y motor incorporado, por lo que no puede ser reemplazada fácilmente. “Son sillas hechas a medida que tienen que ver con el diagnóstico y con las necesidades que tiene cada paciente”.
Respecto al valor del equipo dañado, Ferrando señaló que la silla “tiene un valor de 10 millones aproximadamente de pesos”, y remarcó que no hay stock disponible en el país. Afortunadamente, una ortopedia de Entre Ríos está acompañando el proceso para buscar una alternativa adecuada. “No se puede comprar en el momento, hay que ver qué hay en stock. La que se encontró con un valor similar no está en Argentina”, detalló.
Burocracia, espera e impotencia
La aerolínea se comprometió a cubrir el costo total de la nueva silla. “Es una etapa que hay que realizar. Se tiene que hacer cargo la empresa, pero está en una gestión administrativa y burocrática”, explicó.
Una vez completado el proceso, la nueva silla deberá ser entregada en su domicilio y adaptada con precisión a sus medidas. “Tienen que venir a mi domicilio, traerla, graduarla, porque es todo a medida y hay muchas cosas que se adaptan de acuerdo al cuerpo de cada persona”.
La entrerriana prefirió no dar el nombre de la aerolínea: “No es solo esta aerolínea con la que pasó. Hice un agradecimiento en redes sociales por una cuestión de que se ocuparon de mi queja, lo resolvieron en 24 horas”.
Sin embargo, dejó en claro que la problemática es generalizada. “Viajo tres o cuatro veces al año en avión para representar a la Argentina en distintas competencias, y siempre alguien sufre daños en su silla de ruedas”. Contó que en cada viaje, los deportistas suelen llevar más de una: una de uso diario y otra de competencia.
Atrapada en su casa y sin autonomía
Las consecuencias del daño son inmediatas. “Me perjudica el 100% porque yo no puedo salir de mi casa si no tengo esa silla de ruedas”. Explicó que la que le prestaron no se ajusta a su cuerpo y la limita en todas sus actividades.
“Parece que tengo los brazos apoyados en una barra de un bar. Entonces se me complica poder comer sola, necesito asistencia, no puedo quedarme sola en mi casa”, dijo, evidenciando lo indispensable que es ese equipamiento para su vida cotidiana.
Pedido de conciencia
Aunque la empresa asumió el error, no brindaron explicaciones. “Se hicieron cargo de lo que sucedió, que eso es lo importante. Les pedí que por favor se ocupen de educar a las personas que se ocupan de cargar y descargar no solo este equipamiento, sino las valijas. Siempre algo llega roto”.
Cerró con un mensaje claro: “Quiero que se replique esta cuestión no solo para educar, sino también para que si a otra persona con discapacidad le pasa esto, luche para que la empresa reconozca el daño que hacen”.