Sabrina Gullino, la nieta recuperada 96, continúa buscando a su hermano mellizo: “Tenemos abierta la causa NN López para saber el paradero del melli, donde el Estado considera que todavía existen pruebas para encontrarlo”.
Sabrina Gullino Valenzuela Negro contó su experiencia de vida como hija de los detenidos desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela, en el marco del Ciclo Charlas y Debates que organiza la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario, bajo el lema “Reflexionando la Historia en el presente”.
Sabrina nació en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura militar, y fue abandonada el 27 de marzo de 1978 por dos hombres de Inteligencia del Ejército en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario. Tiempo más tarde la pequeña fue adoptada por el matrimonio Gullino de manera legal, una familia que nunca le ocultó su adopción, pero que tampoco sabía quiénes eran sus verdaderos padres. Sabrina recuperó su verdadera identidad en 2008 y conoció a su familia de sangre, entre ellos, a su medio hermano Sebastián. Y desde entonces, busca a su hermano mellizo.
“Cuando comencé a estudiar en la facultad empecé a hacerme preguntas de que si podría ser hijas de desaparecidos por la fecha en que estaba anotada. Pero los casos más conocidos de chicos que habían recuperado su identidad eran porque estaban en mano de apropiadores o sus padres de crianza estaban relacionados con el terrorismo de Estado —contó Sabrina—. En mi caso eso no pasaba, ya que ellos me habían adoptado legalmente, pero siempre tuve dudas y hasta mis compañeros de la universidad me alentaban a realizarme el ADN”.
Un paso fundamental para la recuperación de su identidad fue las campañas organizadas por Abuelas de Plaza de Mayo sobre cruzamientos de datos genéticos entre nietos y abuelos. En noviembre de 2008 se comunicó telefónicamente con la filial de Rosario y acordó una entrevista. Un día antes del encuentro, una citación judicial que recaía en sus padres y en su propia persona la alertó de una causa llamada “Trimarco”. Inmediatamente investigó en Internet. “Por primera vez di con los nombres de mis verdaderos padres sin saberlo”, señaló Sabrina.
“Concurrí con mis padres al Juzgado de Paraná, en donde estaba asentada la causa y ahí nos explicaron que desde el 2005 se estaba siguiendo una línea de investigación en donde estaban buscando a los mellizos Valenzuela-Negro y que esa bebe que había sido abandonada en el Hogar del Huérfano y que había sido adoptada por una familia de Villa Ramallo de buena fe era muy probable que fuera yo. Ahí mismo me hicieron la extracción de sangre para el cotejo de ADN”, relató Sabrina. “Me acuerdo que les pregunté si podía ver fotos de mis padres, estaba desesperada por ver imágenes de mi mamá Raquel y mi papá Tulio. Me traen una carpeta y los vi por primera vez, fue un momento muy impresionante estar viendo todas esas fotos —manifetsó—. Cuando salgo de la sala luego de dar la declaración estaban mis padres afuera mirando la misma carpeta. Entonces mi mamá me mira y me dice: sos igualita a tu mamá”.
“Fueron momentos en que me mostraron lo groso que son mis viejos adoptivos y de cómo me acompañaron en todo ese momento con un amor incondicional y ahí me di cuenta que en realidad desde ese momento tenía dos mamás”, afirmó.
En la historia nefasta de las apropiaciones de bebés por parte de la dictadura de 1976, la de Sabrina tiene su capítulo que ella misma se encargó de contar: “A mí mamá la llevaron a un lugar clave, que fue el Hospital Militar de Paraná, que funcionó como una maternidad clandestina, en donde en la actualidad se están investigando varios nacimientos clandestinos. A Raquel la llevan a dar luz ahí, entre el 3 y el 4 de marzo, nos tiene a nosotros en terapia intensiva, en un lugar en donde no está preparado para partos múltiples, y los médicos que atendían ahí eran médicos civiles.
“Cuando nosotros nacemos, parece que mi hermano mellizo tuvo problemas respiratorios y se produce una discusión muy fuerte entre los dos médicos y nos derivan a una clínica privada de mucho prestigio, que todavía sigue funcionando y que hoy es un verdadero ejemplo de complicidad entre los civiles y los militares de la dictadura”, sentenció Sabrina. “El centro de salud en cuestión es el Instituto Privado de Pediatría de Paraná. Ahí nosotros tenemos un acta de ingreso”, acotó al respecto.
“Cuando nacimos en el Hospital Militar, a mi me habían puesto de nombre Soledad y al melli Facundo, y estamos ingresados en el IPP como Soledad López y NN López. Yo ingreso el 4 de marzo de 1978 y el melli ingresa el 10 de marzo y los dos estamos dados de alta el 17 de marzo de 1978. Todo esto es lo que yo pude reconstruir un poco de mi identidad”, detalló Sabrina.
Luego de recibir el resultado del ADN, Sabrina se reencontró con toda su familia biológica y principalmente con su medio hermano Sebastián, que fue hijo de un primer matrimonio de Raquel. Luego también se conoció con otro hermano biológico, Matías Valenzuela, que vive en Buenos Aires, es mayor y es hijo de Tulio con una pareja anterior. “Desde el 2008 hasta hoy me sumo a mi hermano Sebas y seguimos con la búsqueda del melli. Recién en el 2011 pudimos estar en contacto con las enfermeras que estuvieron en el parto con mi mamá, quienes fueron reconstruyendo lo que sucedió con nosotros —recordó—. Las enfermeras se pusieron la causa al hombro y gracias a ellas nosotros estamos con muchas certezas de que el melli está con vida, porque nadie vio el cuerpo ni tampoco estaba en tan mal estado como afirmaban los médicos”.
“Hoy tenemos abierta otra causa que se llama NN López para saber el paradero del melli, donde el Estado considera que todavía existen las pruebas para encontrarlo. Hay un equipo muy grande que labura en Abuelas, con un gran equipo jurídico que está laburando en encontrar las pruebas”, finalizó Sabrina Gullino. (Fuente: http://unr.edu.ar)