

REDACCIÓN ELONCE
La licenciada en Psicología, Desiré Pian, explicó a Elonce los distintos aspectos fundamentales para comprender la problemática de las adicciones, tanto a sustancias como a conductas. En primer lugar, subrayó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como una enfermedad física y psíquica. "No se trata solo de voluntad o del querer y no poder”, aclaró.
Aunque diferenció que no existe un gen específico de la adicción, sí hay componentes genéticos que predisponen a desarrollar una conducta adictiva. “Muchas veces no se trata de escapar de algo, como se pensaba antes. Hoy hablamos de otros factores como la curiosidad, la presión del entorno o el deseo de pertenecer, sobre todo en la adolescencia”, indicó.
En ese sentido, detalló que el consumo de marihuana ha aumentado considerablemente y está socialmente más aceptado, al punto que “muchos adolescentes lo prueban como antes se probaba el cigarrillo”. Advirtió además que esta sustancia puede ser una puerta de entrada a drogas más duras. También remarcó que las adicciones no están restringidas solo a la adolescencia, dado que hoy hay adultos que empiezan a consumir a los 30 o 35 años.
"Y existen adicciones no visibles pero socialmente aceptadas, como el trabajo. La persona adicta al trabajo no se detiene nunca, se aísla y se desprende de los vínculos, que son fundamentales para la recuperación”, completó la especialista en diálogo con Nunca Es Tarde.
En la oportunidad, refirió que una persona sigue consumiendo, incluso sabiendo que le hace mal, "porque esa es la naturaleza de la adicción". "La persona que es adicta está encerrada en esa jaula de la adicción y no puede salir; por más que vea la puerta abierta, no puede salir", expuso.
Consultada sobre los factores sociales, explicó que las adicciones se dan en todas las clases sociales, con diferencias en el tipo de sustancia: “en los sectores más carenciados predomina el consumo de paco o marihuana de baja calidad; en los sectores altos, drogas refinadas o incluso psicofármacos de acceso legal”.
El circuito químico del cerebro que dificulta salir de una adicción
“El cerebro queda atrapado en un circuito químico que, con el tiempo, necesita dosis cada vez mayores para lograr el mismo efecto. Esa es una de las razones por las que resulta tan difícil salir de una adicción”, explicó Pian.
Al referirse al consumo de sustancias, detalló: “Cuando ingerimos una droga, se activan ciertos mecanismos químicos en el cerebro, como si se abrieran pequeñas ‘puertas’. A medida que el efecto de la sustancia disminuye y desaparece, esas puertas quedan abiertas”.
“Para volver a experimentar la misma sensación que se tuvo la primera vez, el cerebro necesita abrir nuevas puertas. Pero la dosis inicial ya no alcanza, porque hay demasiadas puertas abiertas, por eso la persona necesita consumir más cantidad”, ilustró.

“El efecto que genera el consumo es una sensación intensa e inmediata de placer. Esa intensidad es lo que atrapa. Luego, cuando el efecto pasa, se produce un bajón muy fuerte. Para evitar volver a sentir ese bajón, la persona recurre nuevamente al consumo”, continuó.
Y agregó: “Algo similar ocurre con el uso excesivo de pantallas. En situaciones normales, cuando logramos algo con esfuerzo, como aprobar un examen, la dopamina -el neurotransmisor del placer- sube y se mantiene estable. En cambio, con el consumo de sustancias o la sobreestimulación digital, el pico de dopamina es muy alto y luego cae bruscamente. Ese descenso tan abrupto genera malestar, y para evitarlo, la persona vuelve a consumir, aumentando cada vez un poco más la dosis o el tiempo de exposición”.
Abordaje terapéutico
Respecto al abordaje terapéutico, la profesional señaló que “el primer paso debe darlo la persona adicta. Si el entorno acompaña, la recuperación es más fácil, pero no puede imponerse”. Agregó que aunque algunos ingresan a tratamiento sin estar convencidos, “la decisión real de cambio tiene que ser propia”.
Para concluir, reflexionó sobre la importancia de la ayuda profesional: “Se puede salir solo, pero con acompañamiento terapéutico es más probable sostener la recuperación y evitar recaídas. Hay que trabajar sobre la voluntad y los vínculos que pueden influenciar en el regreso al consumo”.
Además de las sustancias, la psicóloga mencionó otras adicciones presentes en la vida cotidiana: al celular, a las redes sociales, al juego y a la comida. “Todo en exceso puede volverse una adicción. La clave es el equilibrio”, concluyó.