Miles argentinos emprendieron viaje a sus vacaciones en Brasil. "Es una demanda nunca antes vista al inicio del verano", dijeron desde Migraciones en Paso de los Libres. <i>Consejos para hacer el viaje menos complicado</i>.
En estos días, ir de vacaciones puede tener momentos poco placenteros, sobre todo si el destino son las playas de Brasil. Es que, incluso más que en años anteriores, los pasos fronterizos de Santo Tomé y en especial el de Paso de los Libres se ven colmados de vehículos cargados de turistas que intentan completar los trámites aduaneros para el ingreso al vecino país.
"Es una demanda nunca antes vista al inicio del verano. Constituye al menos entre 15 y 20 por ciento más que otros años", explicó Carlos Odena, referente regional la Delegación Nacional de Migraciones.
<b>Las demoras, que en ocasiones alcanzan hasta siete horas de espera, se deben en parte al aumento en la cantidad de turistas. Pero también "tenemos problemas que se agravan por la falta de inversión en infraestructura y por la falta de personal",</b> argumentó Odena. "No damos abasto por la cantidad de gente que viene", remarcó.
En ese sentido, opinó que la infraestructura de las oficinas, en especial en Paso de los Libres, resultan reducidas para atender a tantas personas. "<b>Aunque hubiera 200 agentes, no hay forma de recibir a tal demanda, por las limitaciones del edificio del centro de frontera.</b> Hemos mejorado la atención. Tenemos unos 50 inspectores fijos todo el año, de los cuales unos 30 trabajan al mismo tiempo. Además se contrató personal comisionado desde otras partes del país, que son otros 15 o 20", relató.
No obstante, esta vez los turistas comenzaron a viajar desde el primer día del año y se espera otro alto pico de afluencia en los recambios quincenales de viajeros.
"Influye que no hay playas en muchos lugares por la creciente de los ríos y porque la depreciación del real hace conveniente los viajes. En relación con esa divisa, nuestra moneda está fuerte ahora. Y la costa Atlántica no es nada barata", analizó.
Así, el camino hacia el Centro de Frontera en Paso de los Libres muestra una postal de cientos de vehículos estacionados a los lados de la ruta, y a cientos de personas que buscan refugiarse del sol abrasador bajo coloridas sombrillas playeras como única defensa.
Si hubiera posibilidad de "agilizar" los trámites, tener la documentación preparada podría ser una ayuda. <b>"El principal problema que causa demoras es que hay mucha gente que viaja con menores no autorizados para su tránsito fronterizo</b>. Se trata de chichos que viajan con tíos o abuelos, o uno solo de sus padres y no realizaron antes la habilitación correspondiente ante escribano para viajar y salir del país", recordó Odena.
Si bien en el Centro de Frontera existe la posibilidad de suscribir a una autorización "exprés" válida sólo por 30 días, el requisito es que los dos padres estén presentes para firmarla, y eso casi nunca pasa.
Además, <b>los padres y tutores deben recordar viajar con las partidas de nacimiento de los niños, o bien con la libreta de familia</b>, que son las dos formas de constatar la filiación y responsabilidad sobre las criaturas.
Finalmente Odena recordó que hasta el mes de marzo de 2016 estarán vigentes los documentos con tapa verde.
<h5>Una opción para evitar colas </h5>
Hasta los días previos a las fiestas navideñas los pasos fronterizos para ir a Brasil no suelen demandar demasiados tiempo, pero a partir de entonces realizar Migraciones y Aduana en puestos como Pasos de los Libres, dependiendo el momento del día, se pueden convertir en horas.
Por eso, en esta época del año hay personas, <b>en general que ya viajaron varias veces a las costas brasileñas, optan por cruzar primero a Uruguay, por Concordia-Salto o Colón-Paysandú, hasta Rivera/Santana do Livramento por la ruta 26. Si bien hay que volver a realizar migraciones, quienes cruzaron por allí alguna vez manifestaron que no existen las colas que se producen en Paso de los Libres</b>.
Sergio, quien este verano volverá a cruzar por Salto, reconoce que el ese camino es más desolado y que se debe cargar combustible antes de cruzar la frontera, ya en Uruguay el precio de la nafta es mucho más elevada que en Argentina. "Generalmente paro en un supermercado que hay de Livramento, cargo comida y sigo", detalla al diario La Capital.
<b>Desde Livramento la ruta 158 es la que se conecta con Rio Grande do Sul, para allí tomar la 290 hasta San Gabriel, localidad en donde paran mayoritariamente los argentinos que deciden conducir sus propias vacaciones a las costas brasileñas</b>.
<i>La autopista costera</i>
"Siempre tenés que tomar a la izquierda en los tres puentes" cuando se llega a Porto Alegre, recomienda una y otra vez el propietario de una posada de Vila Nova do Sul, que queda 42 kilómetros más adelante de San Gabriel, para tomar la 101, una autopista que está nueva que recorre entre morros la costa brasileña y se puede ver parte del parque eólico.
En Brasil en general, pero con mayor cantidad sobre la 101 aparecen los carteles de fiscalización electrónica de velocidad. A lo largo de esta autopista, el veraneante el que viaja hasta Florianópolis o más arriba deberá pagar tres peajes, que sumados son unos 33 reales. Los carteles previo a la llegada de las garitas advierten que no aceptan monedas extranjeras.
Para los que buscan vacacionar en balnearios más arriba de Florianópolis se recomienda cruzar la ciudad fuera de los horarios picos, debido a que el cuello de botella que se produce para ir a la isla provoca demoras pueden insumir un par de horas para atravesarla en auto.
Y los que llegan a las playas de Bombas y Bombinhas deben tener en cuenta que allí se cobra una tasa ambiental de 20 reales para poder ingresar con vehículo.
A lo largo de todo el trayecto en prácticamente todas las estaciones de servicio y locales gastronómicos al costado del camino aceptan tarjetas de débito y crédito, que si bien dejó de estar la posibilidad de desgravar el impuesto a las ganancias suele ser a un valor del real más bajo que en el mercado ilegal.
Estas opciones de pago también están en la mayoría de las playas hasta para pagar un helado en palito.
