Cesó la alerta amarilla por tormentas que regía para la provincia de Entre Ríos. Y se anuncia una ola de calor de tres días a partir del lunes que llegará a su pico el miércoles 31 con temperaturas de hasta 37ºC.
Cesó la alerta amarilla por tormentas que regía para la provincia de Entre Ríos y para este domingo en Paraná, el último fin de semana del año, se anuncian tormentas aisladas para mañana y tarde, mejorando hacia la noche, con temperaturas que oscilarán entre los 21 y 30ºC; y vientos este rotando al norte.
Para el lunes, en tanto, se prevé cielo parcialmente nublado con una mínima estimada en 22ºC y una máxima de 33ºC; con vientos que rotarán del norte al este y luego al noreste. Según las proyecciones de los especialistas, se anuncia una ola de calor de tres días a partir del lunes que llegará a su pico el miércoles 31.
Las temperaturas continuarán en ascenso y para el martes se anuncia una máxima de 36ºC con cielo algo nublado y viento norte. Hacia el miércoles, se espera una máxima de 37ºC y será el día más caluroso de la semana; el cielo estará algo a parcialmente nublado con viento norte y sin probabilidades de nuevas precipitaciones.
Recordemos que para decretar oficialmente que estamos dentro de una ola de calor, se deben haber cumplido al menos por tres días consecutivos con el criterio de temperaturas mínimas y máximas por encima de un determinado umbral, calculado por el SMN (estos valores varían para cada ciudad).
Un evento de temperaturas extremas está marcado por valores de temperatura máxima y mínima que pueden poner en peligro la salud de las personas. En el caso del alerta Nivel Amarillo, se espera que tenga un efecto leve a moderado en la salud, con temperaturas extremas que pueden ser peligrosas para los grupos de riesgo: niños y niñas, y personas mayores de 65 años con enfermedades crónicas.
El riesgo del golpe de calor
Los elevados registros térmicos representan un riesgo para la salud, particularmente en los grupos más vulnerables, como los niños menores de un año, adultos mayores de 65 o las personas con ciertas patologías crónicas.
“El agotamiento por calor aparece antes de que se alteren los mecanismos para regular su temperatura. Este se manifiesta con sudoración excesiva, cansancio, debilidad, calambres, náuseas, cefaleas, mareos y en los niños se puede manifestar también con irritabilidad, llanto excesivo, inapetencia y piel irritada por sudor excesivo (cuello, axilas y zona del pañal)”, señala el médico clínico Diego Sánchez Gelós, del Hospital de Clínicas de la UBA.
Cuando se pierden los mecanismos de regulación de la temperatura corporal aparece el golpe de calor, este agrega fiebre mayor de 39 grados, piel roja, caliente y seca, falta de lágrimas, empeoramiento del dolor de cabeza, apatía, somnolencia, vértigos, confusión y desorientación mental, delirios, pérdida del conocimiento, pudiendo llegar a las convulsiones, advierte Sánchez Gelós.
El agotamiento y el golpe de calor son consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas. También se puede dar por el esfuerzo físico intenso en condiciones de calor y humedad o espacios cerrados, generando al cuerpo dificultades para regular su temperatura.
"Los adultos mayores muchas veces no perciben la sed adecuadamente y en los niños pequeños ocurre algo similar, con el agravante de que no siempre pueden acceder al agua por sí mismos", remarca Sánchez Gelós. También es más crítico para quienes padecen enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras patologías predisponentes. Hay que prestar especial atención a estos dos grupos frente a condiciones meteorológicas extremas.
Pautas para evitar golpes de calor
Hidratación: beber líquidos fríos de forma regular. Los adultos deben ingerir al menos 2 litros diarios, y los lactantes tomar pecho más frecuentemente.
Ambientes: permanecer en espacios ventilados, frescos y secos. Evitar exponerse al sol entre las 10hs y las 17hs, al aire libre buscar zonas de sombra.
Ropa: usar prendas sueltas, claras, ligeras y de algodón, también se recomiendan los sombreros o gorras para protegerse del sol.
Alimentación: priorizar frutas y verduras ricas en agua y evitar comidas abundantes y pesadas.
Actividad física: realizar ejercicio preferentemente en espacios abiertos, por la mañana o al atardecer, y mantenerse hidratado antes, durante y después de la actividad.
Cuidado de adultos mayores y niños: asegurar que tengan acceso permanente a líquidos y que permanezcan en lugares frescos, secos y ventilados.