REDACCIÓN ELONCE
Pese a la delicada situación económica que atraviesan los negocios, el invitado Gabriel Toso afirmó: “El pan no va a dejar de estar en la mesa de todos”.
En los últimos 18 meses, cerraron 14.000 panaderías en Argentina debido a la caída del consumo y al aumento constante de los costos de producción. Así lo informó el Centro de Industriales Panaderos de la Provincia de Buenos Aires, entidad que señaló que el consumo de pan se redujo un 50%, y productos emblemáticos como las facturas se venden hasta un 85% menos. Se afirma que muchos comercios trabajan al 50% de su capacidad, producen sólo lo esencial y apagan máquinas para ahorrar energía.
El precio de los insumos básicos también se disparó: la harina, la levadura y la grasa aumentaron muy por encima de la inflación, mientras que las tarifas de luz y gas continúan presionando los costos. Esta combinación obliga a repensar estrategias y reducir la variedad de productos.
Frente a este panorama nacional, ¿cómo se vive la situación en las panaderías locales de Paraná? ¿Logran sostenerse y qué cambios tuvieron que implementar para seguir funcionando?
Gabriel Toso, panadero de la capital entrerriana, fue el invitado al programa de El Ventilador, que se emite martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas por la pantalla de Elonce.
Uno de los primeros temas que se tocó fue la nueva cultura en la sociedad de consumir lo menos posible harina de trigo y comer más saludable. A raíz del impacto en su negocio, el entrevistado opinó: “Hay una realidad y se han demonizado las harinas desde un tiempo a esta parte. Eso es real. Es algo que no se entiende porque el consumo del pan es algo sano, siempre que sea en la medida que corresponde. Si te comes un pan por vida, no te va a hacer nada. Si te comes un kilo de pan por día, sí te va a hacer mal”.
En materia económica, habló del problema con el que cuentan las panaderías en Paraná: “El dilema hoy es el aumento de la materia prima. Hemos tenido aumentos importantes desde enero a esta parte”. Por ejemplo, una caja de margarina costaba en julio $50.000 más IVA y hoy vale $65.000 más IVA.
“Lo que tiene que ver con materia prima, salarios, alquileres a ese costo nosotros le agregamos entre 40 y 60% del producto que realizamos”, ahondó el panadero. Volviendo al comportamiento de los clientes, remarcó: “Bajó el consumo y se compra de otra manera”. De todas formas, reflexionó que, a futuro, “el pan no va a dejar estar en la mesa de todos”.
Ante la consulta sobre si existen más cierres o traslados en la capital entrerriana, Toso mencionó: “Cierre de panaderías en Paraná no conozco, pero imaginemos que si una cierra, el chico que trabaja como panadero trata de conseguir trabajo, no puede, va a su casa y en su cocina hace pan o tortas fritas”.
Ante la crisis económica que atraviesa el país y repercute en las panaderías, el entrevistado comentó: “Lo que vendía en enero o febrero, es lo que está vendiendo en agosto en cantidad de kilos de harina. Es preocupante”. Como punto de salida, las panaderías optaron por la producción de “productos nuevos”.