Manuel Astorga fue atacado mientras juntaba leña en un campo cerca del balneario Ñandubaysal, en Gualeguaychú. Recibirá la amputación total o parcial del dedo índice derecho. "Preferiría que me corten una pierna. Para mí las manos son casi todo lo que tengo", destacó.
Un joven de 19 años, identificado como Manuel Astorga, se encuentra internado en el Hospital Centenario de Gualeguaychú tras ser mordido por una yarará mientras se encontraba en un campo próximo al balneario Ñandubaysal. La picadura ocurrió el pasado domingo 3 de agosto cuando Manuel juntaba leña para cocinar un guiso.
El joven, que es músico especializado en flauta traversa, relató que sintió un dolor intenso comparable a “un mazazo en la mano y después meterla en una hornalla”. "Fue un ardor muy fuerte y una sensación de inflamación de un golpazo, y el dolor de cabeza inmediato; sentí que se me había explotado la mano con algún palo, pero cuando me miro tenía los dos puntazos de los dientes. Ahí es cuando alumbro un poco más y la veo: medía como un metro y era ancha como una botellita de plástico”, describió.
A pesar del ataque, Manuel mantuvo la calma y se trasladó por sus propios medios al hospital, donde recibió atención inmediata y se le administró suero antiofídico.
Durante los primeros días estuvo bajo monitoreo constante y se le realizaron estudios periódicos para evaluar la evolución de la picadura. Tras el tratamiento inicial, fue trasladado a una sala común y actualmente permanece internado a la espera de su alta médica.
A consecuencia del ataque, Manuel deberá someterse a la amputación total o parcial del dedo índice derecho, donde recibió la mordida. "Puede sonar extremista, pero preferiría que me corten una pierna. Para mí las manos son casi todo lo que tengo, entonces, el apoyo de la gente es fundamental”, comentó el joven músico.
Manuel destacó el apoyo de su familia, amigos y de todo el personal del hospital, al tiempo que advirtió sobre la importancia de acudir inmediatamente a un centro médico en caso de picaduras de serpientes, evitando prácticas como succionar el veneno o aplicar torniquetes, las cuales son contraproducentes.
Astorga también quiso transmitir un mensaje de prevención: “Me parecía importante que se supiera un poco de mi caso para tener noción sobre qué hacer o qué medidas tomar. Para mí lo más importante fue llegar al hospital lo antes posible, ya que eso disminuye el riesgo de complicaciones”. (con información de El Argentino)