El presidente de Enersa, Uriel Brupbacher, respondió a cuestionamientos de un exfuncionario del gobierno anterior y destacó la transformación de la empresa. Aseguró que, pese al congelamiento de tarifas, se logró inversión récord y mejoras en el servicio.
El presidente de Enersa, Uriel Brupbacher, respondió a las críticas formuladas por un exfuncionario del gobierno de Gustavo Bordet y sostuvo que, a diferencia del pasado, hoy cada peso que ingresa en la empresa se transforma en inversión para mejorar el servicio energético en Entre Ríos.
“Quienes llevaron a Enersa a ser tapa nacional por su mala administración y por hechos de corrupción que hoy investiga la Justicia, ahora pretenden dar lecciones de eficiencia y transparencia. Si nosotros, con el VAD congelado, logramos generar excedentes e invertir como nunca, ¿qué hicieron ellos durante años cobrando una de las tarifas más altas del país?”, expresó Brupbacher.
El funcionario remarcó que Enersa “era una empresa desordenada, mal gestionada e investigada por la Justicia”, y aseguró que actualmente se está ordenando su funcionamiento, dotándola de mayor transparencia y destinando los fondos a obras que mejoran el servicio.
En relación con los excedentes, indicó: “Lo que algunos llaman remanente es, en realidad, el resultado de una administración eficiente. No nos sobra la plata: lo que tenemos es planificación y una demanda energética récord que exige estar a la altura. Y estamos dando respuestas con inversión real y sostenida”.
Asimismo, desmintió que haya una caída en el consumo eléctrico: “Solo en junio de este año, la demanda creció un 12% respecto a junio de 2024, y la potencia operada fue un 19% más alta. Históricamente le comprábamos energía a Santa Fe. Hoy, gracias a las obras que hicimos en estos meses, les estamos vendiendo”.
También resaltó que, pese a mantener congelado el Valor Agregado de Distribución (VAD) desde hace más de un año, Enersa ofrece la tarifa más baja de la Región Centro y una de las mejores tasas de respuesta del país ante contingencias.
“Hoy no hay plata que sobre. Hay un gobierno que invierte lo que durante dos décadas no se invirtió. Hay una conducción que decidió cortar con la joda de usar el Estado como botín. Y cada peso que entra, se convierte en obra”, concluyó Brupbacher.
