Considerado patrimonio arquitectónico de la provincia, el templo de Valle María forma parte fundamental de la memoria misma de la localidad. Su historia y el imponente mural que tiene.
En el marco de Espejo de mi Tierra, Elonce visitó la Aldea Valle María para conocer la historia de la ciudad y el templo que es considerado patrimonio arquitectónico provincial. La historia del Templo Inmaculada Concepción de la Virgen María forma parte fundamental de la memoria misma de la localidad, ya que el primero tuvo siempre un lugar central en la vida de cada vecino y vecina de Valle María.
Desde la llegada de los antepasados a estas tierras, el Templo fue corazón de la aldea; y la Iglesia la institución que guio el espíritu, la educación y la vida familiar y social.
Al respecto, uno de los referentes culturales, señaló a Elonce que “el corazón del pueblo son el templo y una escuela y donde antes era el patio de ambas ahora hay una plaza”.
Al ser consultado por el templo, destacó que, a poco de instalarse en este suelo, los primeros pobladores comenzaron con la construcción de una pequeña capilla-oratorio. Este primer templo consistía en un edificio muy precario realizado con adobes, cañas tacuaras y techo impermeabilizado con cuero de caballos. Allí ofició las primeras misas el primer cura párroco: el sacerdote Adalberto Bukowski, que era de origen polaco y de habla alemana, y quien llegó en el año 1880. Con el tiempo, y fruto del trabajo y la colaboración de toda la comunidad, esta primera construcción se fue ampliando y mejorando. Posteriormente con la llegada de los jesuitas realizó uno de material y posteriormente en 1960 se comenzó a construir este último.
“La torre hizo para en 1900 y tiene tres campanas francesas, de 200, 150 y 100 kilos, la nave central fue inaugurada en 1971 y a más de 50 años y tiene una hermosa pintura de Amanda Mayor, una artista que dio clases en 1975 en nuestra colectividad", explicó.
“Fue muy querida por muchas familias y nos dejó este mural hermoso e impresionante”, sostuvo.
Sobre el poblado contó que “aportamos mucho a la provincia porqué estamos bien integrados a la economía y actividad social de la provincia. Entre Ríos es un crisol de etnias y culturas. Queremos compartir e nuestra cultura somos unos 300 mil habitantes, tenemos muchos valores, grupo de danza, compartimos la gastronomía y lo ponemos de manifiesto para que nos vengan a visitar”.