“A la calandria la silbo con los meñiques porque el sonido es más finito y tranquilo”, reveló a Elonce el oriundo de Nogoyá que canta y silba imitando el sonido de los pájaros como lo hace Rubén Cuestas.
Mariano Albornoz, con tan solo 12 años, mantiene vivo el legado de los hermanos Cuestas; es que el entrerriano oriundo de Nogoyá canta y silba imitando el sonido de los pájaros como lo hace Rubén Cuestas.
Elonce rescató la presentación que desarrolló el niño con corazón chamarritero durante los festejos patronales en Nogoyá, cuando subió al escenario junto a la Banda de Música de la Policía de Entre Ríos. Sobre su actuación, repasó que sintió “emoción y alegría por cumplir un sueño, el cantar y silbar al lado de un grande, el legado que dejaron los hermanos Cuestas”.
Corazón chamarritero
Mariano, que no proviene de una familia de músicos, pero hace un año que canta y silba, reveló a Elonce que el amor por la música le llega “desde el corazón”. “Para hacer la chamarrita que nos identifica en Entre Ríos”, destacó en diálogo con Nunca Es Tarde.
De hecho, su papá, Alejandro, coincidió: “Amamos el folklore, tenemos bombos y guitarras, y el folclore en moneda corriente”. “Tenemos ochos hijos y bailamos casi todos; el agarrar una guitarra para cantar no es nada de otro mundo, es algo simple y sencillo que hacemos muy a menudo”, contó.
Y agregó: “Mariano se levanta a las 6 para ir a la escuela y a las 6.15 está tocando la guitarra; son las 00 y sigue tocando la guitarra”.
De acuerdo a lo que mencionó el padre de Mariano, él tomaba clases de guitarra cuando comenzó al silbar; el profesor se percató que lo hacía como los hermanos Cuestas y lo invitó a hacer una canción. A la fecha, el niño estudia música junto a Raúl Taborda. “Nuestro Marianito ya sube al escenario con la guitarra, con cinco meses de estudio”, ponderó, orgulloso.
En la oportunidad, destacó que Hernán Rondán Grasso fue fundamental en el proceso de crecimiento de Marianito; él hizo el contacto con la Banda de Música de la Policía y, sin conocerlo, César Nanni lo convocó para la presentación.
“A los nervios los perdí hace rato y, ese día, papi estaba más nervioso que yo”, reveló Mariano al rememorar su actuación durante los festejos patronales en honor a la Virgen del Carmen en la ciudad de Nogoyá. “Los comentarios me llenaron el alma de alegría al leerlos porque nunca llegué a ese punto con el folclore, y muchos me felicitaban porque silbo como los hermanos Cuestas”, comentó.
Sus inicios y lo que proyecta
El niño, que sueña con conocer a Rubén Cuestas, rememoró cómo surgió la iniciativa de imitar el sonido de los pájaros a través del silbido. “Estaba viendo una presentación de los hermanos Cuestas en Cosquín y me dio curiosidad saber cómo hacían y así empecé a silbar con cuatro dedos, imitando al benteveo, el cardenal y la calandria; de a poco fui modificando, a chiflar con dos dedos y después con los meñiques”, repasó.
“A la calandria la silbo con los meñiques porque el sonido es más finito y tranquilo; en cambio, el zorzal y el benteveo tienen un sonido más fuerte y los hago con los dedos índice”, comparó.
Mariano contó que escucha los silbidos de los pájaros a través de una aplicación, pero también va al monte para percibir cómo cantan la calandria, el zorzal, el cardenal, el benteveo. “Cuando imito el silbido, los pájaros vienen; por ejemplo, si estoy bajo un árbol, todos vienen a posarse en el árbol”, reveló. Asimismo, contó que asiste a la escuela agrotécnica “La Carola” de Nogoyá cuyo patio está lleno de árboles y cuidan mucho a los pájaros. “Es un lugar lleno de alegría en el silbido”, sostuvo.
Finalmente, el entrerriano confesó que le gustaría dedicarse profesionalmente a la música “para llevar la chamarrita y que nunca se pierda el folclore porque es muy importante para la cultura”. (Elonce)
