

En una entrevista con LT11, la entrerriana Ana Lis Pitter compartió su experiencia en el desafío extremo Supervivencia al Desnudo, que se lleva a cabo a nivel mundial desde hace 17 temporadas y en Latinoamérica desde hace 3.
Aunque el primer episodio ya está disponible en la plataforma Max, esta noche a partir de las 22:00 hs. se podrá ver en Discovery Channel, y cada jueves se estrenará un nuevo capítulo. Ana Lis, sin embargo, no puede adelantar detalles sobre su participación ni cuántos días logró sobrevivir.
Al ser consultada sobre qué la motivó a inscribirse en este desafío, Ana relató: "Fue muy loco, porque yo estaba en la Isla del Puerto tomando sol, como siempre, y me llega un mensaje al grupo de mi familia, donde mi hermana comparte una captura de pantalla que decía que estaban buscando participantes de Argentina para una nueva temporada de Supervivencia al Desnudo. Ahí mismo agarré la cámara, porque había que mandar un video, y lo envié desde la isla, sin pensar que alguien lo iba a ver, pensaba que era solo una nota en un diario masivo... pero alguien lo vio, y me mandaron todas las etapas del casting, que es bastante largo. Y bueno, hoy puedo decir que sí, fui parte de la tercera temporada de Supervivencia al Desnudo Latinoamérica."
Ana Lis comentó que es fan del programa desde hace más de 10 años, por lo que participar siempre fue su deseo. "Desde la primera vez que lo vi me preguntaba qué hubiera hecho yo, porque siempre me ha gustado la vida de campo y de aventura. Pero me di cuenta de que era real cuando empecé a recibir llamadas desde Estados Unidos. Ahí pensé, 'wow, esto se está poniendo serio', y comencé a perfeccionar todas las habilidades que ya tenía, como caminar descalza, tomar sol, y engordar, incluso antes de saber si había quedado seleccionada."
Aunque ya tenía un curso de supervivencia, Ana explicó que no era un requisito, pero sí lo era demostrar habilidades mediante videos. "Tenías que hacer videos mostrando, por ejemplo, cómo hacer fuego con elementos de la naturaleza, cómo purificar agua, o cómo construir refugios. Todo esto se hacía con materiales naturales, no podías usar muchas herramientas."
Sobre el destino donde se desarrolló el desafío, Ana reveló: "Te enterás del lugar cuando la asistente de a bordo te da el boleto de avión. Antes no sabes nada. Yo viajé con una maleta preparada porque tienes diez días antes de empezar el desafío, y te quedas en un hotel con ropa de invierno y de verano, porque podía tocarte en la Patagonia o en México. Así que la preparación fue bastante amplia. De hecho, estudié cómo hacer jabón de coco, aunque donde fui no había ni una palmera. Estudié desde lo más básico hasta lo más avanzado". Finalmente, Ana confirmó que el lugar elegido para su desafío fue Formosa, un lugar con flora y fauna similar a la de Entre Ríos, aunque el clima y las condiciones eran muy diferentes a las que había practicado en Santiago de Chile, donde vivía en ese momento.
En cuanto al acompañamiento de la producción durante los 21 días del desafío, Ana aclaró los mitos sobre las ayudas externas. "Hay una realidad: las personas que están ahí trabajando tienen un horario laboral, de aproximadamente ocho horas, pero el resto del tiempo, toda la noche, estás completamente solo. Si te pasa algo, hay un teléfono de emergencia a cierta distancia, pero si lo usas, quedas afuera del desafío. Al menos, no te mueres".
Por último, Ana compartió su reflexión sobre las habilidades necesarias para afrontar el reto: "Yo pensaba que tenía una fortaleza mental muy desarrollada, pero la realidad es que este desafío es 100% mental. Las habilidades que uno pueda tener en la naturaleza son importantes, pero creo que las habilidades mentales son las que realmente marcan la diferencia." (Con información de LT11 y La Pirámide)