REDACCIÓN ELONCE
Ante el alarmante aumento de los casos de acoso sexual online, un equipo de científicos e investigadores con Santiago Resset, del CONICET, trabaja en un videojuego contra el grooming.
La problemática del acoso y el abuso en el ámbito digital es un flagelo que, lejos de disminuir, se acrecienta. Es por eso que el científico Santiago Resset, junto a un equipo interdisciplinario que incluye a desarrolladores de videojuegos y especialistas en escenografía, está llevando adelante dos proyectos innovadores: un videojuego contra el grooming y una simulación en realidad virtual para combatir el bullying. La propuesta, que se desarrolla en conjunto con la Universidad Austral y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), se basa en el concepto de Serious Gaming: juegos que combinan la cuestión lúdica con un objetivo educativo.
El videojuego está orientado a niños de entre 8 y 11 años. La trama coloca a los jóvenes en el rol de un detective que debe encontrar a un niño desaparecido. Para avanzar en la historia, deben resolver acertijos y rompecabezas que, al mismo tiempo, les enseñan sobre seguridad en línea. Resset explicó que mientras los niños juegan, "van recibiendo como cualquier videojuego premiaciones y puntos". Estos logros se ganan al superar desafíos que van desde abrir un casillero hasta desbloquear la computadora del niño desaparecido, donde se encuentran pistas de su interacción con un desconocido.
La filosofía detrás del proyecto es que el aprendizaje se produce a través de la experiencia y no solo de la teoría. "Estas cuestiones se cambian, no simplemente hablando, sino desarrollando nuevos aprendizajes", aseguró Resset. El videojuego enseña a los niños de manera práctica a identificar las señales de peligro, como la solicitud de información personal por parte de un desconocido o el envío de fotografías de contenido sexual. La idea es que los niños "jueguen, pero desarrollen competencias".
Alarmantes estadísticas y la importancia de la prevención
La urgencia del proyecto se sustenta en estadísticas alarmantes. El científico alertó que la incidencia del grooming y el ciberbullying se duplicó después de la pandemia. Aún más preocupante es el dato de Paraná que el equipo recabó: "1,5% de menores de edad se encontraron con un adulto para tener sexo o se encontraron personalmente en una plaza". El especialista subrayó la gravedad de esta situación, al calificarla de "un delito penal tipificado por nuestro Código Penal". El grooming, explicó, es un delito de corrupción de menores donde un adulto usa las redes sociales, a menudo haciéndose pasar por un menor, para contactar a una víctima con fines sexuales.
Asimismo, el videojuego busca ser una herramienta preventiva masiva y de bajo costo. "Si vos te ponés a pensar lo grave que es el problema y los recursos financieros y de capacitar a gente adulta profesionales, como yo, que vayan a hablar por las escuelas, la verdad que es una forma bastante eficaz y no tan costosa de empezar a prevenirlo", afirmó Resset. El proyecto se encuentra actualmente en un 50% de avance, con la escenografía y los personajes ya desarrollados. También adelantó que el objetivo es tener una primera versión para fin de año, y que los niños puedan descargarlo en sus celulares o tablets para usarlo de forma "autoadministrable", ya sea en la escuela o en sus hogares.
El rol de los padres y las señales de alerta
Santiago Resset hizo hincapié en la necesidad de que los adultos participen activamente en la educación de los menores sobre los riesgos del entorno digital. "Me parece que todavía no, no dimensionamos lo grave que es", reflexionó. El científico advirtió sobre las señales de alerta que los padres deben tener en cuenta: un adolescente que se vuelve "muy ansioso" o que "no te quiere mostrar el celular" son indicadores de que algo no está bien.
Resset también aconsejó no dar un celular a los niños "antes de los 10 años" y recomendó a los adultos monitorear de cerca el uso de dispositivos. Un cambio en el lenguaje, la aparición de "comportamientos hiper o hiposexualizado" o el uso de un vocabulario inusual son también signos de alarma. El proyecto del videojuego no solo busca educar a los menores, sino también abrir un espacio de diálogo que muchas veces se evita en los hogares, ayudando a las familias a enfrentar este flagelo de manera proactiva y segura.
