

REDACCIÓN ELONCE
Un nuevo hecho de violencia juvenil en Paraná, el asesinato de Facundo Bracamonte, pone en evidencia los serios desafíos que enfrentan los jóvenes en barrios vulnerables, donde la falta de empleo, la violencia familiar y el consumo de drogas son problemas cotidianos.
Aunque dos adolescentes de 16 años fueron detenidos, el caso abre la pregunta sobre cómo abordar la violencia entre los jóvenes: ¿es necesario fortalecer la prevención y el acompañamiento comunitario, o se debe priorizar una postura más estricta en cuanto a la justicia y las sanciones?
El rol de las instituciones, las familias y la comunidad es clave en cualquier respuesta, pero las soluciones no son simples. ¿De qué manera pueden las escuelas, centros de salud, y organizaciones sociales intervenir de forma efectiva en la prevención de situaciones de violencia? El futuro de los jóvenes y la seguridad de la sociedad dependen de encontrar un balance adecuado entre diferentes enfoques.
Esteban Madrid Páez, sacerdote y vicepresidente de Cáritas; Anabella Albornoz, fundadora de Suma de Voluntades, Carlos Schmunk, jefe de la departamental Paraná, fueron los invitados a El Ventilador, programa que se emite martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas.

Albornoz, en primer lugar, brindó una reflexión de la problemática: “Nos preocupa el aumento del consumo y la situación que empeora todo es la retirada de programas nacionales que venían acompañando los territorios. Creemos en las organizaciones que el camino de la situación que están atravesando los barrios, sobre todo los más vulnerables, es la integración socio urbana”.
Seguidamente, el sacerdote manifestó: “Hoy justo el papa cuando comenzó hablaba de una invitación fuerte a la paz. Creo que tiene mucho que ver porque a veces pensamos que la guerra está muy lejos y que no nos toca. En cambio, nos encontramos con este problema de que la violencia está mucho más cerca de lo que uno hubiese querido. Está dentro de los barrios, de las familias. Creo que es una sociedad que se va desquebrajando y sufriendo más”.
“A mí, en lo que me toca, me parece un tema más de cultura y a nivel espiritual. Creo que nos interpela porque nuestras posiciones pueden reflejar esto, de ver qué esperanza tenemos para nuestra sociedad”, amplió.

Carlos Schmunk, jefe de la departamental Paraná, aportó: “Siguiendo los lineamientos de los que ellos hablan (en referencia a los otros dos invitados), desde la policía tenemos un trabajo preventivo. Pero, desde que se está trabajando con esta política y estas puertas que nos abrieron las organizaciones sociales, lo que buscamos es que la prevención sea desde otro punto de vista, no solamente cuando el hecho ocurre –llámese delito-”. Por tal motivo, resaltó: “La función que realizamos con las organizaciones y con las distintas organizaciones del gobierno para evitar que el hecho se cometa, más tratándose de menores. Es una problemática a la que nos enfrentamos todos los días”.
A raíz del crimen ocurrido el fin de semana anterior en el Thompson, que terminó con la vida de Facundo Uriel Bracamonte, reflexionó que “cada uno debe asumir su compromiso para buscar una sociedad mejor”.

La periodista Valeria Girard indagó si para los voluntarios conocer la historia de vida de la gente más vulnerable sirve. En ese sentido, la integrante de la organización social subrayó: “Creemos que acompañar es clave, incluso en todos los programas. Por algo, muchos programas que eran fantásticos en la teoría, pero llevados a la práctica, al no tener acompañamiento, fracasaron. El acompañamiento de los gurises en lo cotidiano, también en su trayectoria escolar y conocer quiénes son, implica trabajar con su contexto”.
Luego apuntó una posible solución: “Creemos que es necesario un trabajo integral. No se puede ver a las políticas sociales fragmentadas. Para implementar un sistema de integración socio urbana, se necesita un sistema macroeconómico ordenado. No se puede pensar en la política social de manera aislada. Necesita un plan que sea medible, ejecutable y pensar políticas a largo plazo".
También recordó un dato estremecedor que brindó Pablo Barbirotto, juez penal de Niños y Adolescentes, en una charla: “De cada diez gurises que ingresan al sistema penal juvenil, nueve tienen problemas de adicciones. Ya estamos sobrados de diagnósticos, pero los números se van a perder si no hacemos nada”.
Ana Tepsich, por su lado, consultó el motivo que lleva a los jóvenes a ir por el camino a la violencia y no valorar sus propias vidas. Tomó la palabra el cura Madrid Páez, que sostuvo: “Se viene haciendo un diagnóstico y aparecen estos temas en todas las comunidades: la falta de sentido y la angustia que se vive; y el consumo problemático de drogas. Creo que es un poco el tejido en el cual la violencia está creciendo muchas veces. Me parece que no tenemos las respuestas”.

“Me parece que hubo momentos en la historia en donde no se supo educar y se generó un dispositivo de políticas públicas muy serio. Este problema requiere que hoy nos sentemos y nos tomemos muy en serio la dificultad, preguntar con el corazón cómo podemos ayudar y creo que hay unas experiencias buenas, pero mucho más mejorables. Creo que tenemos que amigarnos con la complejidad y tomarnos en serio en un debate que pueda generar un dispositivo que se pueda replicar en la ciudad, en la provincia, como han sido las escuelas, y puedan darle un camino serio a este problema”.
Schmunk respondió al periodista Exequiel Fresler el origen de la problemática de la violencia en Paraná: “Empieza por el consumo y tenemos que hacer algo desde lo educacional. Hay que educar, que los chicos vayan a las escuelas, que tengan una formación y va a ayudar a prevenir mucho. No se va a terminar, pero podemos ayudar a que esto disminuya de una manera significativa”.
Albornoz luego agregó que “es importante el acceso a la vivienda digna, a los servicios básicos, a la accesibilidad”.