REDACCIÓN ELONCE
El Comité Popular de Cuenca del río Paraná organiza una travesía náutica “Salvemos el Paraná”, programada para el 8 de diciembre, desde Victoria hacia Rosario. El principal motivo de esta acción es la defensa del río ante la amenaza de un plan de dragado para profundizar el cauce.
El Comité Popular de Cuenca del río Paraná organiza una travesía náutica “Salvemos el Paraná”, programada para el 8 de diciembre, desde Victoria hacia Rosario. La acción busca manifestar la oposición a la profundización del río y a su eventual reprivatización.
Luis “Cosita” Romero expresó la importancia de esta acción como una forma de retomar la lucha por la defensa del río, tras la travesía que se realizó en marzo de este año, desde Formosa hasta Rosario, en la que participaron diversas comunidades costeras.
En diálogo con Elonce, señaló: “En ese momento exploramos y experimentamos, de alguna manera, la vivencia de los costeros en todo el recorrido del río Paraná y río Paraguay. Recibimos el reconocimiento de la gente, tuvimos un apoyo muy importante, tanto sea en Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe. La llegada a Rosario fue muy numerosa”.
Sobre el evento del 8 de diciembre, Romero añadió: “Lo importante de todo esto es que volvemos nuevamente a reactivar esta remada que se hizo en marzo, pero esta vez lo haremos desde la ciudad de Victoria hacia Rosario. No va a ser remando, sino con lancha a motor. Queremos cumplir un horario. Las condiciones también climáticas pueden no ser favorables para el lunes”
El principal motivo de esta acción es la defensa del río ante la amenaza de un plan de dragado para profundizar el cauce y adaptar el río a las necesidades de grandes embarcaciones que pueden trasladar hasta 80.000 toneladas. Este dragado busca permitir el paso de buques de carga de gran tamaño, lo que podría tener consecuencias devastadoras para el ecosistema del Paraná y sus alrededores.
Romero indicó que “estamos hablando de profundizar el río, adaptar a un río a una medida de embarcaciones que son muy grandes. Hablamos de embarcaciones que pueden trasladar 80.000 toneladas. Cuando vemos los trenes de barcaza, hay que calcular que equivalen prácticamente a ocho de esos. Para que puedan entrar al Paraná y poder llevar la producción a distintos lugares del mundo, necesitan profundizar el río”.
“El río Paraná es un río muy particular por el Delta, este gigantesco sistema de humedales. Es el más extenso del planeta, con un promedio de 30 o 40 kilómetros de ancho. Luego continúa por el río Paraguay hasta el pantanal de Matogrosso. Es un ecosistema altamente productivo. El sábalo está desapareciendo”, dijo.
En relación a los impactos ambientales, Catalina Aranda, especialista en la materia, enfatizó la falta de estudios de impacto ambiental adecuados para evaluar las consecuencias de este tipo de proyectos: “El problema es que no están viendo los estudios de impacto ambiental que son necesarios para una obra de semejante impacto, justamente en un ecosistema que provee un montón de servicios ecosistémicos, que no son solo de abastecimiento, como por ejemplo de agua potable, de alimento traducido en peces, en plantas, sino que también todo el sistema de humedales genera captación de carbono, mitigan los efectos del cambio climático.”
Aranda también hizo hincapié en los efectos negativos de no tener en cuenta estos estudios: “Eso sostiene toda la biodiversidad asociada, no solamente la vida humana, sino que todas las comunidades de seres que habitan este ecosistema. Tenemos las herramientas para hacer los estudios necesarios, pero no se están haciendo, entonces, ¿a qué interés están respondiendo? Solamente para continuar haciendo negocio y exportando sin tener en cuenta lo que va a afectar a nuestro estilo de vida. No podemos desentendernos de lo que van a ser las consecuencias que va a tener. Es un crimen ambiental”.
Por su parte, Romero recordó los impactos ya visibles de la intervención en el tramo del río cerca de la ciudad de Victoria: “Lo que sucedió el año pasado, como años anteriores, es que en Victoria, producto de esta intervención del dragado del río, el traslado de material que se saca del fondo del río para profundizarlo, es tirado a los laterales del río y muchas veces se tira ese sedimento en la boca de los arroyos, en la boca de los riachos que irrigan el sistema de humedales. No hay consulta a los municipios que van a quedar afectados por estas intervenciones. Muchos cursos de agua hoy están tamponados en algunas ciudades”.
El evento del 8 de diciembre, que contará con la participación de 180 organizaciones, tiene como objetivo llamar la atención sobre la grave situación del río Paraná y los impactos de este tipo de intervenciones. Las organizaciones involucradas incluyen a ambientalistas, políticos, movimientos religiosos y ciudadanos de diferentes sectores, unidos bajo el lema “el río no se vende, el río se defiende”.
“Hay mucho en juego, hay poblaciones que dependen del río, se deben cumplir los ciclos reproductivos del río. Hay cosas muy graves, no funciona como un sistema que devuelve peces al río Paraná, porque el sistema de humedales trabaja como guardería, allí entran, se alimentan y reproducen.
Romero concluyó: “Estamos entregando a países extranjeros nuestro territorio, nuestra agua. Estados Unidos con el cuerpo de ingenieros del ejército de los Estados Unidos va a hacerse cargo de lo que respecta a la seguridad en el río Paraná. Esto es increíble. Una vergüenza ajena causa el hecho de meter tanta mano y castigar no tanto a los argentinos como este gobierno despiadado viene haciendo en muchas áreas de la vida cotidiana de los argentinos” Elonce.com