Juan Pablo II, el “Papa Peregrino”, estuvo dos veces en el país y una de esas visitas incluyó la ciudad de Paraná, donde una multitud participó de la misa en el Aeropuerto.
Juan Pablo II, beatificado en el año 2014, fue el único pontífice que estuvo en Argentina en dos oportunidades. La primera fue por 30 horas en 1982, dos días antes de que se firmara la rendición en Malvinas. Cinco años después, en 1987, su visita se extendió por seis agotadoras jornadas. Visitó 10 provincias, entre ellas Entre Ríos y pronunció 26 discursos.
Precisamente este 9 de abril, se cumplen 38 años de la visita de Juan Pablo II, “el Papa Peregrino” a la ciudad de Paraná.
Alrededor de las 17, Karol Józef Wojtyła llegó a la capital entrerriana, donde lo aguardaba una multitud.
Aquella tarde, 150. 000 personas lo recibieron con gran entusiasmo. En el enorme altar de 75 metros de ancho por 8 metros de alto, construido sobre la terraza del aeropuerto paranaense, predominaban los colores blanco y amarillo, junto a banderas pontificias, argentinas y entrerrianas, con un interesante adornado en flores, presidiendo el altar la Santa Cruz misionera y la imagen de Nuestra Señora del Rosario, patrona de Paraná.
Allí el Papa, en la celebración litúrgica que tuvo como tema: "El mundo y los inmigrantes", refirió entre otras cuestiones: "Hermanos y hermanas, nos encontramos reunidos en esta ciudad de Paraná, en las márgenes del río del mismo nombre, para escuchar la Palabra de Dios y dejarnos interpelar por ella. . . Es para mí motivo de gran alegría celebrar junto a vosotros esta liturgia de oración por los inmigrantes. . . Y deseo, deseo, de todos los pastores de aquella Iglesia, de todos nosotros, es de vivir, de actuar esta Palabra de Dios en nuestras vidas. . . Sea alabado Nuestro Señor Jesucristo."
En Paraná, Juan Pablo II leyó su homilía sobre Migraciones y aludió al desarraigo de los pueblos, motivado por distintas causas. Se remontó a ejemplos bíblicos para aludir luego a circunstancias cercanas y elogiar la generosa disposición de nuestra tierra argentina en general, y entrerriana, en particular, al recibir a las corrientes inmigratorias que venían a sumar su esfuerzo para la prosperidad de nuestros pueblos.
"Nos encontramos, reunidos en esta ciudad de Paraná, en las márgenes del río del mismo nombre, para escuchar la Palabra de Dios y dejarnos interpelar por ella. Las palabras que acabamos de escuchar, tomadas de la Carta a los Hebreos, se aplican con particular realismo a esta noble nación argentina, un país de inmigración, hospitalario y amigo para los inmigrantes, en el pasado y en el presente", remarcó.
Posteriormente hizo alusión a la lectura del Evangelio sobre la huida de la Sagrada Familia a Egipto y de su posterior retorno a Israel.
A las 19, desde la ventanilla del avión, despegando hacia Buenos Aires, Juan Pablo II bendecía por última vez a sus hijos y había muchas lágrimas y emoción entre los presentes.
Las visitas a la Argentina
Juan Pablo II fue el único pontífice que estuvo en nuestro país en dos oportunidades. La primera fue de 30 horas en 1982, dos días antes de que se firmara la rendición en Malvinas y cinco años después, en 1987, su visita se extendió por seis días.
El 22 de diciembre de 1978 el papa Juan Pablo II realizó un dramático llamado a la paz ante el Sacro Colegio Cardenalicio de Roma, en presencia de los embajadores de Argentina y Chile.
El conflicto armado entre los dos países por la posesión de las islas ubicadas al sur del Canal de Beagle era inminente. Cuando el panorama era sombrío, desde el Vaticano llegó la primera luz de esperanza para una solución pacífica.
Con apenas unos meses en El Vaticano, el Papa ofreció su mediación. Cinco días después de su pedido de paz, el 27 de diciembre de 1978 llegó a Buenos Aires el enviado del Vaticano, el cardenal Antonio Samoré, quien tuvo un papel fundamental para la solución del conflicto.
La primera visita de Juan Pablo II a Argentina fue dos días antes de la rendición de Malvinas.
La llegada de Juan Pablo II en 1987 al país fue la culminación de un viaje que incluyó también a Uruguay y a Chile. En su discurso en la estación aérea, expresó su "profunda alegría y una gran emoción al pisar por segunda vez esta bendita tierra de la Argentina. Vuelvo ahora en visita pastoral para seguir cumpliendo la misión que el Señor me ha encomendado, de evangelizar y ser Maestro de la fe, ejerciendo a la vez, como sucesor de Pedro, el ministerio de confirmar a mis hermanos".
El Papa se asomó al famoso balcón de la Casa Rosada y saludó a una impresionante multitud que se había congregado en Plaza de Mayo. Más tarde, sonriente por el grito de "¡Juan Pablo II, te quiere todo el mundo!" que repetía la gente, marchó a la Nunciatura Apostólica, donde se alojó y tuvo un encuentro con los 65 jefes de misión del cuerpo diplomático.
En el cierre de la gira, un millón de personas lo aguardaban en la 9 de Julio para el cierre de la Jornada Mundial de la Juventud y la misa de Ramos. Fue la primera vez que un Papa no la celebró en el Vaticano. En el altar se colocó la imagen auténtica de la Virgen de Luján, que los jóvenes habían llevado en procesión desde la Basílica.
20 años de su muerte y canonización
El 2 de abril se cumplieron 20 años de la muerte del Papa Peregrino.
Más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje al papa polaco, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.
El 28 de abril, el Papa Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.
El 27 de abril de 2014, fue proclamado santo por el Papa Francisco con Juan XXIII, en una ceremonia donde también estuvo presente el papa emérito Benedicto XVI y que pasará a la historia como la canonización de los "cuatro papas".