El equipo uruguayense perdió 3 a 0 ante Boca Unidos en condición de local, en un debut marcado por un esquema táctico fallido y una expulsión temprana que complicó aún más el panorama.
Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay tuvo un inicio adverso en la zona B de la Reválida del Torneo Federal A. En la tarde de este domingo 20 de julio, cayó como local por 3 a 0 frente a Boca Unidos de Corrientes. Los goles del equipo visitante fueron convertidos por Ángel Piz y Darío Navarro, este último por duplicado. En la próxima fecha, el equipo entrerriano visitará a El Linqueño.
El encuentro se disputó en el estadio Hermanos Núñez, en una jornada agradable desde lo climático, aunque no así en lo futbolístico para el conjunto local. El equipo dirigido por Ángel Gómez sorprendió con un esquema táctico poco habitual, utilizando una línea de tres defensores y dejando en el banco a jugadores como Favre y Altamirano, quienes venían teniendo un rendimiento regular.
Sin embargo, el planteo no fue bien interpretado por los jugadores y la ejecución resultó muy por debajo de lo esperado. Boca Unidos, con recursos simples, dominó el mediocampo gracias al buen trabajo de Navarro, Piz y Medina, quienes se destacaron por su juego asociado y su manejo pausado de la pelota para encontrar espacios.
Un equipo sin respuestas y con ausencias clave
Gimnasia sintió con fuerza la ausencia de Jonathan Benítez, quien continúa suspendido y aún debe cumplir tres fechas más. Esa baja fue determinante en la falta de equilibrio del equipo, que nunca encontró claridad en el juego. A los 16 minutos del primer tiempo, Ángel Piz abrió el marcador para la visita, y once minutos más tarde Navarro amplió la ventaja.
El Lobo no lograba reaccionar. García y Bogado, habitualmente incisivos, estuvieron completamente apagados. El único intento claro fue un remate de Leo López que dio en el travesaño, pero fue apenas un espejismo en un primer tiempo donde el local mostró un preocupante desorden.
En el entretiempo, el entrenador intentó corregir el rumbo. Ingresaron Favre, Baltoré y Altamirano para recuperar el mediocampo, en busca de regresar a una estructura más tradicional. Pero la esperanza duró apenas unos segundos.
Una roja temprana selló el destino del partido
Recién comenzada la segunda parte, Altamirano fue con vehemencia a una pelota dividida y terminó impactando con Ángel Franco. El árbitro Gustavo Benítez no dudó y le mostró la tarjeta roja directa, dejando a Gimnasia con un jugador menos cuando apenas se jugaban 30 segundos del complemento.
Desde allí, todo se volvió cuesta arriba para el equipo entrerriano. Aunque hubo intentos aislados, como un cabezazo de Nicolás Gómez que exigió a Acuña y terminó en córner, no hubo claridad ni contundencia para generar peligro real sobre el arco visitante.
El cierre fue una muestra de la impotencia del equipo. En el tramo final del encuentro, Darío Navarro volvió a aparecer para marcar el tercero, con una definición sutil al estilo fútbol salón que sentenció el resultado.
Tiempo de barajar y dar de nuevo
Gimnasia pagó caro el intento de cambiar su sistema de juego. El equipo no respondió a la propuesta táctica y, con la temprana expulsión, todo se hizo más difícil. Aun así, el torneo recién comienza: quedan ocho fechas por delante y el equipo depende de sí mismo para recuperarse.
La próxima cita será ante El Linqueño, como visitante, indica El Miércoles. El desafío está planteado: volver a las bases, recuperar confianza y encontrar el funcionamiento que el equipo ha demostrado saber construir.
