Una docente de San Lorenzo, enfrentará prisión condicional e inhabilitación tras dejar a tres niños con autismo encerrados en su ludoteca. Padres describieron la angustiante situación.
La jueza de primera instancia Griselda Strologo homologó el procedimiento abreviado contra Aldana Ansaldi, la docente de San Lorenzo (Santa Fe) que abandonó a tres niños con autismo en la ludoteca que administraba. La Fiscalía y la defensa acordaron una pena de dos años de prisión condicional, además de una inhabilitación para ejercer la docencia durante tres años. A la condena se le suman medidas adicionales, como el control del consumo de estupefacientes y alcohol, y un tratamiento residencial estricto.
A la docente, de 36 años, se le imputaron los delitos de abandono de persona y privación ilegítima de la libertad. Además de la pena de prisión condicional, Ansaldi tiene prohibido acercarse o tener contacto con las víctimas, y se dispuso una reparación económica para los menores afectados.
El caso ocurrió el 31 de enero a las 16:30, cuando Aldana Ansaldi, quien era la encargada de la ludoteca de Dorrego al 2100 en San Lorenzo, dejó a tres niños de entre 3 y 8 años encerrados en el lugar sin supervisión. La docente, también terapeuta de los menores, se retiró del sitio, cerrando la puerta con llave y dejando a los niños expuestos durante aproximadamente 45 minutos en una jornada de intenso calor.
Uno de los padres, alertado por la falta de respuesta, rompió la cerradura del portón para ingresar al establecimiento y rescatar a los niños. Los menores estaban deshidratados, sudorosos y visiblemente angustiados. "Cuando regresamos, nos encontramos con otra nena que tiene síndrome de Down con su madre. Golpeamos la puerta y nada. Llamamos mil veces al celular de Puli (nombre con el que se hacía llamar Ansaldi) y no hubo respuesta. Estuvimos media hora gritando y golpeando por una ventana sin respuesta. Vimos a un nene que nos dijo que ella les dijo que volvía en un rato", relató Daiana, madre de uno de los niños, a La Capital.
En su desesperación, los padres decidieron llamar al 911 y, al no obtener respuesta, pidieron a un taller cercano una barreta para forzar la entrada. "Mi marido pidió a un taller de por ahí una barreta. Barreteó durante 15 minutos hasta que logramos abrir el portón y entrar. Levanté a mi hijo, todo traspirado, y los otros dos también estaban bañados en sudor", contó Daiana. Uno de los menores estaba llorando, mientras que otro se mostraba visiblemente angustiado.
El fiscal Maximiliano Nicosia Herrero explicó que la docente puso en peligro la vida y la salud de los menores, quienes, por su condición de autismo, no podían valerse por sí mismos. "Criaturas libradas a su suerte, que no entienden los peligros, que no se pueden comunicar y pueden estar en riesgo", declaró Daiana, quien aseguró que no enviará más a su hijo a la ludoteca.
El regreso de la docente a la ludoteca, alrededor de las 18:00, desató una serie de reproches por parte de los padres y vecinos. Según los testimonios, Ansaldi llegó alterada y, al ser increpada, explicó que se había ido a inyectar un medicamento llamado decadrón. Los padres, preocupados por el estado de los menores y la irresponsabilidad de la docente, cuestionaron su actitud. "Nos dijo que se fue a inyectar un decadrón y la cuestionamos por dejar a los chicos solos. Criaturas libradas a su suerte, que no entienden los peligros, que no se pueden comunicar y pueden estar en riesgo", recordó Daiana.
Los vecinos, indignados, también se acercaron al lugar y le reprocharon a la docente su comportamiento, sugiriendo que podría estar atravesando problemas de consumo de sustancias. "No podía hilar palabra, nos dijo que se fue a inyectar un decadrón. Fue una irresponsabilidad total", añadió Daiana, confirmando que ya no enviaría más a su hijo a la ludoteca.
En las redes sociales se viralizó un video en el que los padres, angustiados, intentan abrir el portón con la barreta mientras la policía llegaba al lugar. "Tuvimos que llamar a la policía, que está llegando. Una de las mamás pasó una situación desagradable", se escucha decir a una madre en el video, mientras otro padre intenta abrir la cerradura con el objeto.
El caso, que generó gran conmoción en la comunidad, dejó en evidencia la vulnerabilidad de los menores con autismo, quienes, además de la angustia por la falta de un adulto responsable, quedaron expuestos a un grave riesgo para su salud.
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