El nene que fue atado y encerrado por sus padres quedó en custodia de una Familia Solidaria. Los vecinos le daban comida por una ventana. "Nos alegra haber ayudado a Mateo, lo trataban mal sin motivo", dijeron.
Ramiro Guerra trabó una relación con su pequeño vecino, Mateo Torres, de 7 años, a través de una ínfima ventana con rejas negras. En varias ocasiones, Ramiro, de 14 años, había escuchado al nene pedirle que se le acercara, para charlar, y más de una vez le calmó el hambre pasándole un plato de comida entre los barrotes.
Con el paso de los días, el adolescente entendió que el nene estaba preso en su propia casa, y que era castigado por sus padres, María del Carmen García y Antonio José Torres, sin ningún motivo.
El sábado a la siesta, el adolescente no soportó más. Advirtió que los maltratos habían pasado todos los límites: escuchó que del otro lado de esa ventana alguien gemía, y prácticamente no tuvo dudas de que era Mateo. Se lo dijo a sus padres, que llamaron a la Policía.
<i>Vecinos solidarios: (De izquierda a derecha) Ramiro, Sandra con Máximo en brazos, Luz, Cristofer y Marcelo, jefe de familia.</i> ( Diario La República de San Luis)
Terminó de calzarse el traje de héroe cuando, junto a un efectivo, ayudó a sacar a Mateo por esa ventana.
"Me alegra haberlo ayudado, porque ahora tiene la posibilidad de estar con una familia que lo quiera, que le dé juguetes, que lo cuide. Su familia lo trataba como la oveja negra, pero de la nada, sin motivo", le dijo Ramiro ayer a El Diario La República de San Luis.
<b>Con una Familia Solidaria</b>
El nene de siete años al que sus padres encerraron y ataron con un collar de perro ya se encuentra en custodia de una Familia Solidaria, junto a sus dos hermanitas, de 3 y 5 años. El pequeño fue rescatado luego de que unos vecinos dieran aviso a la Policía. Estaba en una vivienda que es parte de un inquilinato, ubicado en la calle Belgrano 1642, a unos 30 metros al oeste de la avenida Lafinur de San Luis.
Según comentó la jueza Virginia Palacios, el nene no quiso ir con sus abuelos, ya que tenía sentimientos de amenaza tanto por parte de ellos como de sus padres.
Por su parte, María García y Antonio Torres, padres del pequeño, están imputados por privación ilegítima de la libertad, agravada por el vínculo.
