Tras la muerte de Matías Colaprete por una reacción alérgica grave, su familia promovió un proyecto que establece capacitación y protocolos de actuación ante emergencias. La iniciativa avanzó en la Legislatura y podría convertirse en ley en los próximos días.
El profundo dolor por la muerte de Matías Colaprete fue el motor que impulsó a su familia a transformar una tragedia personal en una iniciativa legislativa con impacto colectivo. Los padres del hombre, que murió tras la reacción alérgica a la picadura de una abeja, se refirieron al proyecto de ley que busca establecer requisitos de capacitación y protocolos de actuación frente a situaciones de anafilaxia y reacciones alérgicas graves.
Matías había trabajado en la Caja de Jubilaciones y se encontraba proyectando una especialización vinculada al sistema previsional. Sin embargo, una secuencia de hechos desafortunados y falencias en la atención de emergencias derivaron en su fallecimiento, luego de sufrir una reacción alérgica severa tras la picadura de una abeja.
Fallas del sistema y ausencia de respuestas adecuadas
“Todo estaba concatenado para que nada funcionara bien”, relató su madre al explicar cómo la falta de insumos, de personal capacitado y de respuestas rápidas terminó con la vida de su hijo. Según señalaron, el caso dejó en evidencia graves carencias tanto del Estado como de instituciones públicas y privadas en materia de emergentología.
A partir de esa experiencia, la familia decidió informarse, investigar y elaborar un anteproyecto de ley con un objetivo claro: evitar que otras familias atraviesen una situación similar. Para ellos, que la norma lleve el nombre de Matías no es solo un homenaje, sino una forma de prolongar su compromiso con los demás.
Un proyecto que fue ampliando su alcance
El anteproyecto fue presentado mediante el mecanismo de participación ciudadana y, tras un recorrido complejo en la Legislatura entrerriana, comenzó a avanzar con el acompañamiento de la diputada Liliana Salinas. Posteriormente, el Ministerio de Salud provincial se sumó al trabajo y propuso ampliar el alcance de la iniciativa.
Lo que inicialmente estaba pensado para espacios con piletas de natación se transformó en un sistema integral de prevención y actuación ante la anafilaxia y otras situaciones críticas que impliquen riesgo de vida. La ley contempla no solo protocolos claros de actuación, sino también un fuerte eje en la capacitación.
La norma impulsa la formación del personal de salud, de trabajadores de distintos ámbitos y de la ciudadanía en general, con el fin de que más personas estén preparadas para brindar una primera respuesta ante una emergencia, hasta la llegada de atención especializada. “No alcanza con tener un desfibrilador si nadie sabe usarlo o si está guardado bajo llave”, remarcaron los padres de Matías.
Memoria, justicia y legado
Para la familia, la posible sanción de la ley representa memoria, justicia y legado. Se trata de una iniciativa considerada pionera a nivel provincial y nacional, con potencial de ser replicada en otras jurisdicciones. “La lucha no termina con la sanción; el compromiso es seguir avanzando”, afirmaron.
Finalmente, dejaron un mensaje dirigido a otras familias atravesadas por pérdidas similares: transformar el dolor en acción colectiva. “No hay mejor manera de honrar a un hijo que hacer algo que le sirva a la sociedad. El dolor no se va, pero saber que su vida sigue teniendo sentido nos da fuerza para seguir”, concluyeron. (fuente APF)