El comercio tiene 107 años y se encuentra en la localidad de Cerrito. El local, comenzó como un almacén de ramos generales y con el tiempo se transformó en una gran ferretería. “Nos debemos a los clientes”, aseguraron sus dueños a Elonce.
En la esquina de las calles Colón y Santa Fe de la localidad de Cerrito se encuentra “Casa Lovera” un negocio familiar que tiene 107 años de historia. El comercio abrió sus puertas un 16 de abril de 1916, como un almacén de ramos generales y luego con el correr de los años se fue inclinando para el rubro de la ferretería y ya en el último tiempo incorporaron productos de electricidad y pinturería.
Elonce visitó el comercio en el marco del micro Espejo de mi tierra y dialogó con sus dueños actuales y conoció sobre la historia del tradicional local.
El local se encuentra en una antigua casona que en un momento perteneció a quien fue gobernador de Entre Ríos Francisco Antelo. Luego, la familia Lovera compró la propiedad para que uno de sus hijos instale el negocio.
Casa Lovera es sinónimo de historia y familia, para todos los pobladores de Cerrito y la región. “El local sigue siendo atendido por sus propios dueños, va pasando de generación en generación”, dijo Vanina Grinovero a Elonce al recodar que sus hijos, Valentino Lovera, de 21 años, y Giovanni Lovera, de 18 años, son los que se hacen cargo del local.
En este sentido, la mujer destacó que “Casa Lovera se debe a sus clientes y amigos quienes eligen el comercio a diario y gracias a eso el local pudo soportar muchas crisis económicas a lo largo de los 107 años”.
Grinovero señaló que forma parte de la administración de Casa Lovera desde hace unos 25 años y siempre siguió la premisa de los antiguos dueños: “en época de crisis se debe sobrevivir achicando los gastos y en época de bonanza hay que invertir para expandirse, siempre trabajando mucho y con responsabilidad”, sostuvo la mujer.
“Casa Lovera es un negocio que está en manos de la familia y es atendido por sus dueños, y eso es lo que le da sentido de pertenencia, hoy son nuestros hijos pero más adelante serían los hijos de nuestros hijos”, expresó la mujer al agregar que “la idea es que todos aprendan y sigan con su vocación personal pero entre todos vamos a sostener el negocio”
Al finalizar, Grinovero aseguró que “Cerrito es el lugar que elegí para vivir y formar mi proyecto de vida con mi familia. Es un lugar seguro y tranquilo, para que nuestros hijos puedan transitar libremente, y es algo que toda la comunidad valora mucho”.