REDACCIÓN ELONCE
La inteligencia artificial (IA) está comenzando a formar parte de la educación, pero plantea interrogantes sobre cómo integrarla sin perder el pensamiento crítico de los estudiantes. Expertos en educación y tecnología abordan este desafío.
En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido en distintos ámbitos de la vida cotidiana, y las escuelas no son la excepción. Sin embargo, su integración en el ámbito educativo plantea una serie de preguntas que aún no tienen respuestas claras. ¿Cómo preparar a los estudiantes para un futuro en el que las máquinas puedan hacer gran parte del trabajo? ¿Cómo garantizar que no se pierdan habilidades esenciales como el pensamiento crítico, la curiosidad y la creatividad?
Jorge Kerz, sociólogo y expresidente del Consejo General de Educación de Entre Ríos, se muestra preocupado por cómo la IA puede afectar el desarrollo cognitivo de los estudiantes. "Estamos viviendo un momento de transformación tan intensa que no nos estamos dando cuenta de cuán sumergida va a estar nuestra sociedad en la relación con la inteligencia artificial en unos años", comenta Kerz. Para él, la clave está en cómo las herramientas tecnológicas deben complementar el aprendizaje, pero no sustituirlo.
El temor principal es que los estudiantes se acostumbren a "copiar y pegar" las respuestas que les da la IA sin comprender a fondo los procesos que subyacen a esas soluciones. "Si te haces vago y solo le preguntas al sistema, ¿cuánto estás elaborando tú? La herramienta tiene que ser una ayuda, no una solución completa", subraya Kerz. Es un punto crucial: la IA debe utilizarse para potenciar, no para reemplazar, las habilidades cognitivas que forman la base de la educación.
Los miedos de los docentes ante el avance tecnológico
Otro punto que destaca el debate es la preparación de los docentes. Según Kerz, muchos educadores no están lo suficientemente familiarizados con la IA para poder guiar adecuadamente a los estudiantes en su uso. En una encuesta reciente en Entre Ríos, el 80% de los maestros admitieron no tener una formación adecuada sobre cómo integrar estas herramientas en sus clases. “A veces estamos un poco a la deriva, el sistema educativo está reaccionando más lento de lo que se necesita", afirma.
En este sentido, Kerz compara el temor actual con la llegada de tecnologías anteriores, como las calculadoras. En su momento, los docentes temían que los estudiantes perdieran la habilidad de hacer cálculos mentales. Sin embargo, el tiempo demostró que la herramienta se convirtió en un complemento valioso. "Hoy en día, ya nadie se pregunta si está bien o mal usar la calculadora, y ese mismo proceso puede ocurrir con la inteligencia artificial", asegura.
El futuro de la educación: una revolución en marcha
A medida que la inteligencia artificial se posiciona como una herramienta central, es importante que la escuela se adapte a este cambio. Según Kerz, las instituciones educativas deben evolucionar, adoptando nuevas formas de enseñanza que permitan a los estudiantes no solo usar la tecnología, sino también entenderla críticamente. "La alfabetización digital será tan importante como la alfabetización en lectura y escritura", afirma el sociólogo.
Un aspecto crucial es que la IA no debe verse como una amenaza que aleje a los estudiantes de la comprensión profunda. Al contrario, debe ser una oportunidad para explorar nuevas formas de aprender, resolver problemas y desarrollar competencias que la educación tradicional aún no ha logrado integrar. Kerz concluye: "La clave es enseñar a los estudiantes a ser críticos con la información que la IA proporciona, y a cuestionar lo que ven y leen".
Desafíos de una educación inclusiva
Otro desafío que enfrenta la implementación de la IA en las escuelas es la brecha de acceso. Kerz menciona que muchas áreas rurales o menos favorecidas no tienen la infraestructura tecnológica necesaria para que los estudiantes puedan aprovechar estas herramientas. "Es fundamental que todas las escuelas, independientemente de su ubicación, tengan acceso a estas tecnologías", señala. Solo entonces se podrá garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de aprender y desarrollarse en un entorno que cada vez estará más influenciado por la inteligencia artificial.