
La rutas argentinas tienen un triste record de accidentes fatales, generados a partir de violentos choques entre diferentes vehículos, producto generalmente del mal manejo, por impericia o negligencia de quienes van al volante.
Miles de familias mutiladas para siempre, ya sea por la pérdida de seres queridos o por las discapacidades que muchos de los sobrevivientes deben tener de por vida.
Más allá de esto, donde el factor humano es el peor de los componentes de esta fórmula con resultado final “tragedia”, hay otros factores que se suman y que bien podrían haberse restado.
Mal estado de caminos, animales sueltos o guardarrail, construidos de una manera que se convierten muchas veces en verdaderas trampas mortales a la hora de ser impactados, situación que los llevó a ser muy cuestionados en diferentes países y a la búsqueda de nuevos formatos y materiales para hacerlos más efectivos.
Que es un guardarrail
Estos elementos tan comunes en rutas, son una barrera de acero galvanizado en frío, de doble onda, (también denominados quitamiedos o bionda) de protección de seguridad vial pasiva, colocado a los lados de la vía, para separar calzadas de sentido contrario, o en tramos peligrosos para impedir que los vehículos se salgan de la vía o puedan chocar con elementos más peligrosos que la misma barrera. Algunos poseen reflectores incorporados. La palabra «guardarraíl» y su plural «guardarraíles» provienen del inglés guard- (guardar, cuidar) y -rail (camino, vía).
Los guardarrail, si bien en muchos casos evitaron mayores consecuencias, son muy cuestionados en diferentes países, donde ya se han generado reclamos para que sean sustituidos o compensados por otros protectores, de manera de evitar muertes sobre todo en motociclistas o ciclistas, destacándose que en muchos casos estos sufren lesiones, mutilaciones o muertes con estos o por estos elementos extremadamente duros, calculados en su altura, generalmente para vehículos medianos.
Dependiendo de las trayectorias de impacto, en muchas ocasiones estas protecciones metálicas de contención se separan de sus soportes, actuando como una auténtica lanza que atraviesa el habitáculo del vehículo, ocasionando heridas tremendas o la muerte a los usuarios del automóvil, hechos que ya se vieron en al menos cuatro oportunidades en la autovía y otras tantas en otros caminos o rutas de la provincia.
En el caso de vehículos grandes como todoterrenos, camiones o autobuses, pueden arrancar de cuajo el guardarraíl o volcar por encima al impactar y salirse de la vía, por lo que para ellos tampoco es una buena solución.
Sin dudas, pueden surgir infinidad de posturas, reclamos e ideas a la hora de plantearse una solución, pero si algo es indiscutible, la integridad de quienes van sobre un vehículo en la ruta no depende solo de estos factores de seguridad, sino de la conciencia o prudencia de quien tiene en sus manos el volante y el pie en el acelerador, publicó el sitio 03442.com.ar