Dos hombres son acusados por trata de personas con fines de explotación sexual. Las víctimas, de Corrientes, denunciaron que les prometieron trabajo pero las iban a prostituir en un hotel de Chajarí. Una de las jóvenes es menor de edad.
Sergio Raúl Tito Cardozo, de 29 años, y Antonio Gabriel Toni Nonino, de 26, enfrentan un juicio por explotación sexual de dos mujeres, una de ellas menor de edad. Según la acusación, engañaron a dos chicas correntinas con una supuesta oferta laboral en Chajarí, pero cuando las víctimas llegaron, les contaron el verdadero plan: tener sexo con hombres, a cambio de dinero del cual recibirían un porcentaje. Les dieron drogas, alcohol y las encerraron en el cuarto de un hotel. Antes de llegar a la habitación un camionero con quien los supuestos proxenetas concertaron una cita, lograron pedir auxilio por teléfono. A los minutos llegó la Policía, detuvo a los acusados y rescató a las mujeres.
Según el relato de las jóvenes, todo comenzó un tiempo antes, cuando conocieron a Cardozo. Este le habría prometido a la menor que le iba a conseguir un empleo en una empresa citrícola de Chajarí. Entonces la chica viajó junto a su amiga desde Paso de los Libres y ambas llegaron a la ciudad entrerriana, el 12 de abril de 2011 por la madrugada.
La chica, que entonces era menor de edad, dijo que había tenido una relación sentimental con Cardozo, quien le había ofrecido el empleo. Cuando llegaron, esa noche el muchacho y su amigo Nonino las alojaron en un departamento, donde estuvieron consumiendo alcohol y drogas. Al día siguiente, Cardozo se fue y cuando las mujeres quisieron salir del departamento para pasear y conocer la ciudad, Nonino les dijo que no podían irse hasta que llegue su cómplice.
Esto les había empezado a llamar la atención y se sorprendieron aún más por la tarde, cuando los cuatro salieron del departamento y se sentaron en un bar. Allí Cardozo les explicó su plan: el trabajo en una empresa no existía, ellas debían tener relaciones sexuales con otros hombres a cambio de dinero, del cual se quedarían con una parte. Si funcionaba así, “va estar todo bien”. Las chicas quisieron regresar al departamento por sus cosas, pero el muchacho les dijo que estaba ocupado, y que por el momento iban a parar en un hotel.
Fueron al Caribe 2, ubicado en el kilómetro 330 de la ruta nacional 14. La mayor de edad ingresó por el frente y la menor por la puerta de atrás. Las llevaron a la habitación 303, donde les dieron más alcohol y mas cocaína. Se fueron y las dejaron encerradas, mientras arreglaban su negocio con clientes. Este momento fue aprovechado por las chicas, quienes enviaron un mensaje de texto a una conocida de Chajarí, alertando que estaban secuestradas, informando el lugar y el número de la pieza.
Rescate
La comisaría de la localidad recibió el llamado de alerta, y allí concurrieron los policías. Tras golpear la puerta de la habitación se encontraron con las mujeres que les explicaron la situación. “Estaban desmejoradas físicamente y alteradas, no sé si por el alcohol o drogas”, recordó el entonces jefe de la dependencia ayer en el juicio.
Poco después llegaron Cardozo y Nonino, a quienes redujeron y quedaron detenidos, y también un camionero identificado como Diego Isaac, a quien le habían ofrecido “unas chicas para divertirse”. En la requisa de sus prendas de vestir y de la habitación del hotel, los policías encontraron cocaína. Luego allanaron el departamento donde habían estado, y hallaron mas droga y las pertenencias de las víctimas. En la comisaría, las chicas relataron el calvario que vivieron desde que llegaron a Chajarí.
Indagatoria y testimonios
Ayer Cardozo y Nonino se abstuvieron de declarar. Pero se dio lectura a la explicación que dio el primero en la etapa anterior. El muchacho había negado la acusación, y dijo que conoció a la menor en un bar, “pasó algo, estuve con ella”, reconoció, y contó que le “mandaba mensajes”. Además dijo que en el procedimiento cuando lo detuvieron le plantaron las bolsitas con droga.
Luego, el juicio se trasladó al palacio de justicia provincial, donde las víctimas declararon en Cámara Gesell. La nueva Ley de trata establece que las mujeres deben dar testimonio de lo que vivieron y denunciaron en un lugar especial, en diálogo con profesionales, y no frente al tribunal, el fiscal y los defensores, con el fin de evitar la revictimización.
El dato
* Sergio Cardozo y Antonio Nonino están imputados por el delito de Trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por ser una de las víctimas menor de edad.
* Además, a Cardozo le imputan el delito de Suministro de estupefacientes, ya que habrían obligado o inducido a las víctimas a consumir cocaína.
* Los acusados son defendidos por los abogados José Ostolaza -de Cardozo- y el oficial Mario Franchi -de Nonino-. El fiscal general es José Ignacio Candiotti. El Tribunal Federal está integrado por Noemí Berros-presidenta-, Roberto López Arango y David Chaulet.
“Se aprovecharon de su vulnerabilidad”
En la requisitoria fiscal de elevación de la causa a juicio se detallan los elementos principales que incriminan a los acusados en los hechos, principalmente las declaraciones y denuncias de las víctimas, quienes relataron el miedo que tenían por las amenazas que recibían de Cardozo.
Además, consta en el expediente el análisis de los teléfonos celulares de los imputados, donde se encuentran mensajes de texto entre ellos y con supuestos clientes. En los mismos se evidencian, según la acusación, los objetivos que perseguían con las jóvenes, esto es explotarlas sexualmente para obtener un rédito económico.
Por otro lado, la fiscalía acusó que los imputados se aprovecharon de la situación de vulnerabilidad de las víctimas. La Ley de trata de personas agrava la pena cuando para cometer el delito “mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad”.
Por esto, se remarcó que Cardozo y Nonino dieron “falsas promesas de trabajo” a las mujeres, y abusaron de su vulnerabilidad, su entorno social vinculado a las drogas, una precaria situación familiar y núcleos familiares incontinentes, lo cual conformó una “situación de fragilidad psicoemocional”.
