REDACCIÓN ELONCE
La imagen de la Virgen del Rosario continuó su recorrido por los barrios de Paraná y llegó a la parroquia Cristo Peregrino, en el barrio San Agustín, donde fue recibida con flores, cantos y oraciones. “María nos enseña a unirnos como hermanos”, expresó el sacerdote a Elonce.
La ciudad de Paraná vive una nueva y conmovedora jornada de fe con el paso de la Virgen del Rosario por los barrios, en el marco de las celebraciones patronales. Este martes por la mañana, la imagen llegó a la parroquia Cristo Peregrino, en el barrio San Agustín, donde cientos de vecinos, familias y ciclistas la esperaron con profunda devoción, registró Elonce.
Elonce registró en imágenes las calles colmadas de fieles, plegarias, flores y pancartas. Desde autos, bicicletas y veredas, los vecinos saludaban el paso de la Virgen, símbolo que desde hace dos siglos une a la comunidad paranaense bajo el mismo manto de María.
“María nos enseña a unirnos como hermanos”
El cura de la parroquia Cristo Peregrino, Leandro Bonnin, destacó la importancia espiritual del encuentro: “Este es un acontecimiento muy importante, la fiesta de nuestra diócesis. Es un regalo que algo que nació en pandemia -cuando la Virgen salió a las calles- hoy pueda continuar. Todos necesitamos el amor de una madre, y eso es lo que nos da María”.
El sacerdote también envió un mensaje de unidad: “María nos dice: ‘Únanse, porque somos todos hermanos’. En tiempos de divisiones, ella nos invita a dejar los odios y los resentimientos para reencontrarnos como comunidad”.
Testimonios de fe y gratitud
Los fieles se acercaron con flores y lágrimas para agradecer y pedir. Una vecina, muy emocionada, expresó: “Vine a agradecer por estar viva, por tener salud y porque mis hijos tienen trabajo. La Virgen siempre nos acompaña”.
Otra mujer sostuvo: “Vengo más a agradecer que a pedir. Ella sabe lo que necesitamos. Siempre está con nosotros”.
Entre los presentes, una madre con su bebé en brazos dijo conmovida: “Gracias, madre santísima, por todo lo que nos das. Gracias por ser nuestra madre, tan amorosa y tan sencilla”.
También hubo oraciones por la salud y el trabajo. Un hombre, al borde de las lágrimas, contó que pidió a la Virgen “volver a caminar”.
“La Virgen me da esperanza. La fe me sostiene todos los días”, expresó su acompañante.
Fe que se renueva
La procesión estuvo acompañada por inspectores de tránsito, ciclistas y familias que siguieron el paso de la Virgen por las calles de San Agustín, al ritmo de los cánticos “¡Viva Cristo! ¡Viva la Virgen!”.
La jornada fue transmitida en vivo y mostró la profunda emoción de los devotos que, entre rezos y cantos, agradecieron por la vida y pidieron por la paz y la unión de las familias.
La Virgen del Rosario, patrona de Paraná desde 1825, continúa su recorrido por distintas parroquias de la ciudad. “Es una jornada para agradecer, para pedir y para renovar la fe que nos une como pueblo”, resumieron desde la organización.