

REDACCIÓN ELONCE
La comunidad católica sigue con atención el estado de salud del cardenal Estanislao Esteban Karlic, de 99 años, quien fue internado el pasado sábado en el Sanatorio La Entrerriana de la capital entrerriana, tras sufrir una descompensación cardíaca.
Según confirmó el padre Eduardo Tanger, párroco de la Catedral de Paraná, en diálogo con Elonce, Karlic presentó una arritmia que motivó su ingreso a la unidad de terapia intensiva, aunque aclaró que se trata de una internación preventiva, con fines de observación directa. "Gracias a Dios está estable, lúcido, y en buen estado general. Está siendo atendido por el doctor César Paso y otro eminente cardiólogo, quienes evalúan la posibilidad de colocarle un marcapasos", explicó.
El cardenal Karlic, muy querido por la feligresía y figura destacada de la Iglesia, reside actualmente en el monasterio de las Hermanas Benedictinas, tras dejar el Seminario debido a las dificultades que implica la movilidad a su edad. “Estuve con él el lunes, tuvimos una linda charla. Está plenamente consciente, se sonrió al recibirme”, relató el padre Tanger.
Karlic cumplió 99 años el pasado 7 de febrero y se prepara, en paz y con fe, para alcanzar el centenario. Su salud se mantiene bajo estricta vigilancia médica y, según se informó, cualquier novedad será comunicada oficialmente por sus allegados más cercanos.

Cabe recordar que Karlic fue arzobispo de Paraná entre 1983 y 2003, y fue creado cardenal por el papa Juan Pablo II en el consistorio de 2007. Su figura es una de las más queridas dentro de la Iglesia argentina y regional, y su salud genera preocupación y atención entre fieles y autoridades eclesiásticas.
Ha tenido una vida dedicada al servicio pastoral, al estudio teológico y a la conducción eclesial. Nacido en Oliva, Córdoba, en 1926, fue ordenado sacerdote en 1954 y, desde entonces, su trayectoria fue reconocida por su profundidad doctrinal, su compromiso con el diálogo ecuménico y su perfil pastoral cercano a la comunidad.
Durante su etapa como arzobispo, impulsó numerosas obras de caridad, formación sacerdotal y acciones sociales en la provincia de Entre Ríos. Incluso, luego de su retiro formal, continuó siendo una figura de consulta dentro del Episcopado, especialmente en temas vinculados con la Doctrina Social de la Iglesia y los procesos sinodales.
Su designación como cardenal fue interpretada como un reconocimiento a su legado en la Iglesia de América Latina. En los últimos años, mantuvo un perfil más reservado, pero seguía participando ocasionalmente de celebraciones litúrgicas y encuentros pastorales.