

REDACCIÓN ELONCE
El río Paraná mide 1.17 metros este lunes a la altura del puerto de la capital entrerriana. El curso de agua se encuentra en creciente y ostenta 10 centímetros más en relación a la medición de la semana pasada, de acuerdo a los registros de Prefectura a los que accedió Elonce.
Al respecto, el técnico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borus, brindó detalles sobre la situación hidrológica del río Paraná, que continúa mostrando niveles bajos y sin perspectivas de una recuperación sostenida en el corto plazo.
Borus explicó que la situación actual es consecuencia de un ciclo de seis años con lluvias por debajo de lo normal, lo que afecta principalmente a la cuenca alta del Paraná en Brasil, de donde proviene gran parte del caudal del río. “No hemos salido todavía del ciclo predominante de sequía”, afirmó.

Actualmente, el nivel del río en la ciudad de Paraná se ubica por debajo del límite de aguas medias. Aunque hubo una leve recuperación en los últimos días, se espera que en breve comience un nuevo descenso. “Estamos en aguas bajas y va a continuar así, lamentablemente, en lo que falta del otoño y muy probablemente durante gran parte del invierno también”, sostuvo.
Respecto al impacto de las lluvias locales, Borus fue claro: “Las precipitaciones en Entre Ríos o Santa Fe pueden provocar una recuperación momentánea, pero lo que realmente importa es que llueva sobre la cuenca alta en Brasil. Ahí es donde se define la tendencia general del río”.
En ese sentido, el pronóstico meteorológico tampoco es alentador. Las lluvias previstas son erráticas y no muestran una regularidad suficiente como para revertir la tendencia. “No se está produciendo una situación estable de lluvias en la zona donde más se necesita, como el este de Paraguay o la provincia de Misiones”, advirtió.
El especialista también explicó que, ante niveles tan bajos, el río puede registrar oscilaciones bruscas de 10 o 15 centímetros de un día para otro. “Cuando los niveles están dentro del rango medio, los cambios son más graduales. Pero en bajante, cualquier pulso de agua se nota más”, detalló.

Sobre el papel de las represas en la cuenca alta, Borus señaló que su función principal es la generación de energía, por lo que no retienen agua deliberadamente. “Las presas atenúan las grandes crecidas y también las grandes bajantes, pero esa capacidad de regulación tiene límites, especialmente después de tantos años con lluvias deficitarias”, concluyó.