Tras largas jornadas laborales en la Planta de Clasificación y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos ubicada en la zona del Volcadero, asisten al CIC para terminar la primaria, supo <b>Elonce TV</b>.
La Planta de Clasificación y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, ubicada en la zona lindera al Volcadero, entre las calles República de Siria, Base Primavera y Florencio Ameghino, es el lugar de trabajo de gran cantidad de cooperativistas. Después de largas jornadas laborales, muchos de ellos concurren al Centro Integrador Comunitario de la Floresta para cumplir un sueño: estudiar.
Algunos nunca asistieron a la escuela y otros, por diversas circunstancias de la vida, no pudieron terminar la primaria. Tienen entre 25 y 43 años, pero todos buscan superarse y aprender.
"Ellos deciden el turno al que quieren concurrir y los días, porque terminan muy cansados de trabajar. Siempre trato de mostrarles que esto es algo para ellos, quiero que entiendan que están trabajando en un lugar histórico porque, si bien aún no funciona como cooperativa, en un futuro serán independientes", explicó a <b>Elonce TV</b> Iván, el profesor a cargo.
El desafío no es solo para los alumnos, sino también para el docente. Pese a ello, cuenta que es gratificante ver el progreso de sus estudiantes. "Es muy lindo ver cómo empiezan a entender, a identificar, a encontrar algo que les signifique", expresó.
<h5>El sueño de aprender</h5>
Walter tiene 33 años, vive con sus padres y hermanos. Su jornada laboral inicia cerca del mediodía y, pese a que termina cansado, se ducha y va a al CIC, porque su único sueño es aprender a leer. Contó a Elonce TV que las clases son muy productivas y le ayudan a entender.
Jorge tiene 34 años. Todos los días se levanta cerca de las 4 porque comienza a trabajar muy temprano. Considera que estudiar es su cable a tierra: lo despeja, lo divierte, aprende y así puede ayudar a su hijo. "Quiero aprender más, demostrarle a mi nene que puedo. Llego muy cansado de trabajar pero vengo igual porque me voy de acá con una sonrisa. Quiero avanzar, llegar a ser alguien en la vida", dijo.
Alejandra tiene 37 años. Diariamente inicia su día a las 6.30 y trabaja hasta el mediodía. Luego, regresa a su casa, desarrolla otras actividades y concurre al CIC. Su materia favorita, según cuenta, es matemática. "Me sirven mucho las clases, me gusta mucho venir. Quiero aprender para poder ayudarle a mi hijo de 13 años en la escuela, ya que le dan cosas difíciles", indicó.
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