Septiembre cerró con un saldo negativo respecto a las precipitaciones, ya que rondaron los 50 milímetros. Desde la Bolsa de Cereales indicaron que la zona más “critica” es la costa del Paraná. Qué pasa con los cultivos y la ganadería.
La escasez de lluvias afecta considerablemente la cosecha de trigo, que está en su etapa fenomenológica de floración y también la siembra de maíz y soja de primera. Además, esta situación también repercute en el plano de la ganadería.
Ante este panorama, Elonce consultó a la Bolsa de Cereales, sobre la escasez de lluvias, puntualmente todo en la costa del Paraná, que abarca un 40 por ciento, o más, del área sembrada normalmente de maíz de primera en la provincia. Lluvias por debajo del promedio, incertidumbre en productores y se espera que “El Niño se acentué” en noviembre, fueron algunas definiciones de especialistas.
“Durante septiembre las lluvias en promedio en toda la provincia estuvieron por debajo de lo normal, llegando a los 50 milímetros y durante este mes, en base a los registros que tiene la Bolsa de Cereales, el promedio habitual era cercano a 70 milímetros”, explicó el ingeniero agrónomo, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Pablo Fontanini, a Elonce.
“Si bien este mes las lluvias en la provincia fueron cercanas a los 50 milímetros, hubo un marcado descenso en lo que es el sector de la costa del Paraná y sobre todo en el suroeste de la provincia. En tanto, los mayores momentos, de precipitaciones, se ubicaron en el norte de Entre Ríos, lo que es Federación y Concordia”, amplió.
Merma de lluvias en la costa del Paraná
El especialista advirtió que toda la costa del Paraná ha vendido recibiendo menores precipitaciones, lo que genera inconvenientes en la condición de los lotes de trigo, que están en la etapa de fenomenológica finalizando la floración y el llenado de granos.
“En este período las lluvias han sido más escasas en el sector occidental, además observamos que en los últimos 15 días hubo una caída de unos diez puntos porcentuales de los lotes considerados “en condición buena y muy buena”, expresó el ingeniero.
Asimismo, añadió que “por otra parte se observan dificultades en concretar la siembra de maíz de primera en la costa del Paraná, que abarca un 40 por ciento o más, del área sembrada normalmente de maíz de primera en la provincia, con respecto al año pasado. En el último reporte se cuantificó que se concretó un 30 por ciento en esta zona”.
Es decir que, “si uno analiza la ventana de siembra, que se podría extender hasta mediados de octubre, pero con este frente que pasó que dejó escasas o nulas precipitaciones, proyectamos una caída en el maíz de primera, por lo que algunos productores reprogramaron sus cultivos estivales, pasando a soja de primera o en otros casos postergaron la siembra para pasar a un maíz tardío o bien han hecho un cambio en la medida que los permiten los insumos aplicado en la siembra de sorgo”.
Este panorama de la dilatación de la siembra ante la escasez de lluvia no solo afecta a la agricultura, sino que también a la ganadería, ya que según Fontamini “este sector debe tener una menor producción de materia seca debido a que las lluvias han sido escasas y produce una tasa de retorno al lote de pastoreo mucho mayor porque el cultivo no crece”.
“Se genera una bola de nieve que se agrava en la medida que este escenario persista”, mencionó Fontanini al dar cuenta que “cuando se ven los pronósticos al largo plazo, las próximas lluvias podrían ser después del diez de octubre”.
“Lo lógico es pensar en la segunda quincena de octubre y que El Niño se empiece a manifestar en noviembre y ahí habrá un cambio más positivo. Donde se esperaría un incremento en cuanto a las lluvias, cuyo promedio es de un 110 milímetros”, cerró.