Un colectivo del servicio urbano sufrió la rotura de una ventanilla lateral durante la madrugada mientras se dirigía a la cabecera. No hubo personas lesionadas y la Policía recaba pruebas para identificar a los responsables del hecho.
Un colectivo del servicio urbano de pasajeros resultó dañado durante la madrugada de este lunes, luego de que se rompiera una de las ventanillas laterales mientras circulaba hacia la cabecera para iniciar su recorrido habitual. El hecho ocurrió alrededor de las 5:30 y no se registraron personas lesionadas, ya que la unidad aún no transportaba pasajeros.
Según se informó, la unidad afectada fue el interno N°18 de la Línea F-1, perteneciente a la empresa San José. El colectivo transitaba por calle Salellas, antes de llegar a avenida Almafuerte, cuando el conductor sintió un fuerte impacto en el lateral derecho del vehículo. En un primer momento, el chofer no advirtió la magnitud del daño y continuó su marcha.
Al doblar por avenida Almafuerte y avanzar unos metros más, el conductor percibió la caída de un objeto. Al observar por el espejo retrovisor, constató que una de las ventanillas laterales se encontraba rota, lo que motivó la inmediata detención de la unidad y la notificación a las autoridades policiales.
El jefe de Comisaría 15, Mario Velázquez, informó a Elonce que “alrededor de las 5:30 se recibió un llamado al 911 en el que se daba cuenta de que el chofer de un colectivo de la Línea F-1, interno 18, había sufrido un daño en uno de los vidrios de la unidad”.
En ese marco, explicó que personal policial se hizo presente en el lugar y entrevistó al conductor. “El chofer se encontraba en buen estado de salud. Afortunadamente, por el horario, el colectivo no llevaba pasajeros, por lo que no hubo personas lesionadas. El daño se registró en el vidrio del lateral derecho de la unidad”, precisó.
Velázquez detalló además el recorrido previo al daño. “Manifestó que había salido de la base donde se encuentran estacionados los colectivos y, al circular por calle Salellas en dirección a Almafuerte, a la altura de un molino ubicado en la zona del parque industrial, escuchó un ruido. Como no advirtió nada fuera de lo normal, continuó su marcha”, señaló.
“Posteriormente, al llegar a la intersección de avenida Almafuerte y Borges, se desprendió el vidrio, y allí se dio cuenta de que posiblemente la rotura se había producido en el tramo anterior”, agregó.
En relación con la investigación, el jefe policial indicó que continúan las tareas para esclarecer el hecho. “Una vez notificada la novedad, se inició el relevamiento de cámaras de seguridad y la búsqueda de testigos. Por el horario, alrededor de las 5:30, no había personas en el lugar, pero seguimos investigando para poder dar con el autor del hecho”, afirmó.
Asimismo, señaló que hasta el momento no surgieron elementos concluyentes. “Las cámaras que fueron verificadas no aportaron datos que permitan identificar personas o movimientos extraños. Tampoco se encontraron elementos contundentes, como piedras u otros objetos, por lo que no podemos determinar aún si el daño fue intencional o accidental”, explicó.
Finalmente, Velázquez sostuvo que la causa quedó en manos de la Justicia. “La denuncia ya fue recepcionada y se dio intervención a la Fiscalía. Si se logra identificar al autor o a los autores, se pondrá la situación en conocimiento del Ministerio Público Fiscal, que determinará los pasos a seguir”, concluyó.
Cabe recordar que días atrás, el pasado 9 de diciembre, se registraron dos ataques contra colectivos del renovado servicio urbano en distintos puntos de la ciudad.
El primer incidente tuvo lugar en el barrio Paraná XIV y afectó al interno 202 de la Línea D —ex línea 1—, que une el barrio de la Policía con la zona de Toma Nueva. En esa oportunidad, la unidad fue alcanzada por un piedrazo mientras cumplía su recorrido.
Un segundo hecho se produjo contra el interno N°12 de la Línea L —ex línea 9—, que recibió un impacto en las puertas del colectivo mientras circulaba por su trayecto habitual, presuntamente habría sido de manera accidental cuando un vecino cortaba el pasto y una piedra provocó el daño. Ambas unidades pertenecían a la flota de coches largos, con capacidad para 44 pasajeros.