A un año del incendio en el Hospital San Roque, Tamara Fontana recordó el rescate de los pacientes pediátricos. En diálogo con Elonce, afirmó: “Solo pensás en los nenes”.
Hace un año, el Hospital Materno Infantil “San Roque” sufrió un incendio originado por el desperfecto eléctrico de una heladera. Ocurrió cerca de las 16, cuando se activaron las alarmas en el segundo piso. La evacuación fue inmediata: embarazadas, bebés y pacientes oncohematológicos fueron puestos a resguardo, mientras el fuego causaba importantes daños materiales.
Entre las historias de esa tarde quedó la de Tamara Fontana, enfermera suplente en Oncohematología, quien ingresó al área afectada para sacar a los niños internados. “Es un hecho que quedó en mi memoria y en la de todos; fue un día muy difícil”, contó a Elonce. Recordó que estaba en tareas administrativas con dos compañeros cuando una mamá les advirtió sobre el humo: “Salimos corriendo a ver qué pasaba y era eso: en la sala cuatro había un incendio. Decidimos sacar a los chicos y trabajamos para salvarnos”.
Un rescate a contrarreloj
La humareda no frenó su decisión. Fontana priorizó la salida segura de los pacientes y, ante la urgencia, utilizó su auto particular para trasladar a varios de ellos al Hospital de la Baxada. Durante el operativo inhaló monóxido de carbono y luego fue internada en terapia intensiva en el Hospital San Martín. Días después recibió el alta. “Siempre pensé en ayudar a los pacientes y por eso actuamos rápido; no pensamos en otra cosa”, relató.
Un antes y un después
La experiencia dejó marcas y aprendizajes. “Mi vida cambió mucho después de eso; es lindo que te reconozcan por cosas buenas, por algo que nació de ayudar”, expresó. En esa línea, aseguró que la vivencia modificó su mirada cotidiana: “Aprendés a disfrutar mucho más del presente, porque hoy estamos y mañana no”.
Cuando regresó al trabajo, retomó sus funciones con los mismos pacientes y reforzó lazos en la sala. “Se creó un vínculo muy especial”, dijo, y describió el ritmo del servicio: “Hay días buenos y otros muy duros, propios de estas patologías, pero siempre tratamos de dar lo mejor”. Para ella, la clave está en la empatía: “Siempre hay que ayudar y dar lo que uno es; ningún paciente quiere estar en un hospital, pero hay que tratarlo de la mejor manera porque piensan en recuperarse”.
Trabajo en equipo
Fontana subrayó el esfuerzo colectivo que sostuvo la respuesta a la emergencia. “Todos los compañeros actuaron muchísimo; hasta gente que estaba de franco o de vacaciones se acercó a ayudar”, resaltó.