REDACCIÓN ELONCE
Elonce recorrió el patio gastronómico en el Puerto Nuevo, que se convirtió en un atractivo central de la Feria de Invierno. El público disfrutó de comidas criollas, música y una jornada al aire libre en Paraná. Es organizado por la Municipalidad de Paraná.
Durante el feriado del 9 de julio, los paranaenses se dieron cita en el patio gastronómico en el Puerto Nuevo, en el marco de la Feria de Invierno que se desarrolla en la ciudad de Paraná. Elonce recorrió el lugar y dialogó con emprendedores y familias que disfrutaron de la propuesta al aire libre, con comidas típicas, clima agradable y ambiente festivo.
Desde las primeras horas de la tarde, el paseo fue copado por vecinos y visitantes que aprovecharon la jornada para recorrer los puestos y saborear opciones como choripanes, bondiolas, locro, papas fritas y platos sin TACC. “El día acompañó, hubo muchísimo movimiento, vendimos todo”, relató Marcelo, uno de los cocineros más buscados por su “choripán patrio”.
El patio gastronómico en el Puerto Nuevo fue uno de los espacios más elegidos, tanto por su ubicación frente al río como por la diversidad de opciones culinarias. Además, el entorno musicalizado con folklore y la cercanía con propuestas recreativas hicieron del paseo un punto obligado en estas vacaciones de invierno.
Sabores tradicionales y espíritu festivo
Elonce dialogó con varios emprendedores que coincidieron en destacar la jornada como “perfecta” en términos de ventas y convocatoria. “Trabajamos en familia: mi señora, mi hija, un compañero y yo. Hoy vendimos locro, sándwiches de ternera, bondiola y choripán”, contó uno de los responsables de los puestos.
Entre los visitantes, se notó una importante presencia de grupos de amigas, familias y turistas. “Somos de Paraná, vinimos a dar una vuelta y a comer algo rico”, comentaron jóvenes que degustaban sándwiches y papas fritas. “Una es celíaca, otra vegetariana, así que elegimos papas para compartir”, contaron entre risas.
La feria también ofreció alternativas gastronómicas inclusivas, con opciones sin gluten y menús adaptados. La mayoría de los puestos funcionaron desde las 9 de la mañana hasta las 21 horas, y el cierre se vivió con un clima distendido, entre mates, música y paseos en bicicleta.