En su vidriería de Paraná, Johana y Jonatan celebraron el Día del Vidriero trabajando como todos los días. En diálogo con Elonce, contaron anécdotas del oficio, el esfuerzo diario y sus sueños a futuro.
Cada 11 de junio se celebra en Argentina el Día del Vidriero, una jornada para reconocer a quienes dan forma a un material tan delicado como indispensable en la vida cotidiana. En Paraná, Johana y Jonatan son parte de ese rubro con su vidriería ubicada en Avenida de las Américas, donde combinan esfuerzo, maña y atención al detalle en cada trabajo.
“Nosotros trabajamos todo lo que son espejos en marcos de PVC, sumamos también ahora lo que es marcos de madera, de hierro y espejos LED”, explicó Johana a Elonce, al destacar la variedad de productos y servicios que ofrecen.
Jonatan, protagonista del día, compartió algunos detalles técnicos de su labor: “Se usa fuego para cortar el vidrio blindex. Hay que cortar las dos caras del vidrio y la lámina que está en el medio. Con alcohol solo a veces se corta, pero cuando hace mucho frío se prende fuego para que se corte más fácil”, describió sobre una de las prácticas que sorprende a quienes no conocen el oficio.
Además, detalló los tipos de vidrio con los que trabajan: “Vidrio blindex, vidrio templado y el vidrio común”. Y sobre cómo llegó al rubro, relató: “A través de un amigo de la familia que está en el rubro. Él me enseñó, yo quería aprender y estuve un tiempo trabajando con él”.
La rutina de este emprendimiento familiar arranca temprano y muchas veces se extiende hasta la noche. “Cerramos a las 17, pero a veces si nos tenemos que quedar hasta las 19 o 20 nos quedamos. Por ahí hay clientes que no pueden en el horario que atendemos y también trabajamos los sábados después de hora”, comentó Jonatan.
La lista de encargos puede ser tan variada como creativa. “Hoy hice puerta placar, mamparas corredizas, mamparas rebatibles, espejo a medida, espejo con marco PVC, y espejos con formas extravagantes. Ahora se usa mucho el espejo irregular, con la forma que quiere el cliente”, comentó.
Medidas raras y maniobras complejas
Johana también sumó una anécdota: “La más común es el tema de los espejos, las medidas. A veces la gente grande te pide un espejo redondo de 90 por 40. Les tenés que hacer dibujitos para explicarles que no es posible. Es un trabajo que requiere mucha paciencia”.
Otra historia de las que quedan grabadas ocurrió en un edificio: “Hoy los chicos tuvieron que bajar una puerta balcón del piso 10. Ya habíamos trabajado ahí, se rompió un espejo que no habíamos colocado nosotros. Tuvimos que bajarlo por escalera. Cuando llegamos al primer piso nos dimos cuenta de que el hall era más angosto, y no podíamos sacar el espejo, entonces tuvimos que hacer unas maniobras medias raras para poder sacarlo. Pero por suerte lo pudimos bajar”, contó con humor.
Proyectos y sueños compartidos
Ambos coinciden en que el oficio es más que un sustento. “Para mí es todo, para mi familia y para mí es todo”, expresó Jonatan con orgullo.
Sobre el futuro, tienen metas claras: “A futuro sería tener el local propio, porque alquilamos. Y poder ampliarnos ya sea con aberturas o lo que es vidrio del rubro automotor, también sumar maquinaria que por una cuestión de espacio no podemos incorporar y poder progresar”. Elonce.com
