En el marco del acto oficial por el 25 de Mayo, la intendenta de Paraná encabezó el desfile cívico-militar y destacó la importancia del diálogo, la empatía y la unidad para construir una ciudadanía democrática.
La ciudad de Paraná vivió este domingo una jornada cargada de símbolos patrios y participación ciudadana en el marco del aniversario de la Revolución de Mayo. El tradicional desfile cívico-militar se llevó a cabo sobre la avenida Alameda de la Federación y reunió a escuelas, fuerzas de seguridad, agrupaciones civiles y una gran cantidad de vecinos.
La intendenta Rosario Romero encabezó los actos oficiales, acompañada por autoridades provinciales, municipales y eclesiásticas. Las actividades comenzaron con el izamiento del Pabellón Nacional y continuaron con el solemne Tedeum en la Catedral Metropolitana, presidido por el arzobispo Juan Alberto Puiggari.
Desde temprano, familias y ciudadanos se acercaron al lugar para acompañar el paso de las delegaciones, entre aplausos, banderas y gestos de orgullo patrio.
Mensaje de unidad y reflexión histórica
Durante su discurso, Romero hizo alusión al mensaje del arzobispo Juan Alberto Puiggari, quien en el tedeum destacó “las virtudes de la sabiduría y la prudencia, signando nuestra historia y también debiendo signar nuestro futuro”.
Retomando ese eje, la jefa comunal subrayó la importancia de estos valores como guía para la acción política y social. “Tenemos juventud como Nación”, expresó, en alusión a los procesos históricos que forjaron nuestra identidad nacional.
Además, citó a Jorge Luis Borges, al señalar que es necesario “pensar con lucidez y actuar con Justicia”. Con esa premisa, Romero recordó el accionar de aquellos primeros patriotas que, inspirados por la Revolución Francesa y el colapso de las monarquías europeas, comenzaron a imaginar una nueva forma de organización social basada en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. “Podríamos tener otra identidad y que podríamos construir una nación”, remarcó.
La historia como espejo y guía para el presente
Romero evocó los debates ideológicos que atravesaron el proceso independentista y cómo, pese a las diferencias, los líderes de la época lograron unirse en un objetivo común. También recordó hitos fundamentales de nuestra historia, como la figura de San Martín, la guerra interna entre Unitarios y Federales, y el rol central de Justo José de Urquiza en el camino hacia la organización nacional. “La comprensión de Urquiza de salir de esos procesos y construir una Nación vio su resultado positivo en la Constitución de 1853. Mayo fue el nacimiento de eso”, expresó.
Asimismo, celebró el carácter diverso de la Argentina y su tradición de puertas abiertas. “Corrientes inmigratorias conformaron esta nación plural y multifacética. Nunca hemos sido un país cerrado, que excluye, sino uno que abre sus puertas a los hermanos de todo el mundo”, afirmó.
La intendenta instó también a ejercitar la empatía política y social. “Ser prudentes es un valor, a eso le agregaría la valentía para reconocer que el otro, por más que piense distinto, puede tener una parte de razón”, sostuvo, al tiempo que llamó a no fomentar las brechas, sino a construir “puentes y lazos de unión”.
Camino al diálogo y a una convivencia democrática
En un tramo especialmente reflexivo de su discurso, Rosario Romero defendió la importancia de mirar al otro sin prejuicios ideológicos ni sectarismos. Instó a mirar la Argentina sin atacar al otro porque piensa diferente. Es un camino quizás poco atractivo, pero tengo la convicción de que es democrático”, dijo. Apostó así por “el camino del medio que necesitamos los argentinos, de la no confrontación sino del diálogo que tenemos que propiciar en todos los ámbitos”.
Resaltó, además, el rol de las instituciones educativas en la formación de una ciudadanía activa y con valores. “Paraná es una ciudad muy democrática y plural. Las escuelas hacen mucho por construir valores”, afirmó. En ese contexto, reafirmó su compromiso con un liderazgo basado en la moderación y el entendimiento mutuo.
“En este 25 de Mayo elijo recorrer los caminos de la sabiduría, prudencia y la humildad. De poder reconocer que el otro tiene una parte de razón. Eso me parece vital”, concluyó la intendenta.
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