“Seguimos esperando que se venda. Todavía no hemos cobrado lo que nos adeudan. Continuamos abriendo en el mismo horario”, dijo a Elonce TV la encargada del local en Paraná. Qué negociaciones hay a nivel nacional.
Garbarino deuda parte de los salarios de abril y mayo a sus más de 4.000 empleados. La cadena no consigue comprador y se agrava su situación. En ese marco, la encargada de la sucursal de en Paraná, Pamela Gómez, indicó a Elonce TV que “seguimos esperando que se venda. Todavía no hemos cobrado lo que nos adeudan. Continuamos trabajando y abriendo en el mismo horario”.
Manifestó que hay “muy poco” diálogo con las otras sucursales, pero señaló que “tenemos conocimiento que muchas están abiertas como nosotros, pero algunas siguen tomadas hasta resolver”.
“Si tenemos algún reclamo es trabajando. Vamos a seguir cumpliendo con nuestras tareas”, remarcó.
Desde abril los trabajadores no perciben en forma regular el sueldo y ante la emergencia el Sindicato de Comercio decidió brindar ayuda con bolsones de comida. “Todos fuimos a buscarlo. A nosotros, cualquier cosa que nos quieran dar es bienvenido. Toda ayuda viene bien, porque hay muchos compañeros que tienen hijos chicos. Estamos con ansias de que esto tenga una solución rápida”, completó.
Negociaciones en dos frentes
La empresa busca un socio que aporte fondos frescos a cambio de una participación accionaria. En este sentido, desde hace más de un mes estaba negociando con el empresario tucumano Facundo Prado, quien viene del rubro financiero y su principal negocio es la firma Centrocard, una tarjeta de crédito que es muy fuerte en Catamarca y La Rioja, donde cuenta con más de 70.000 plásticos y 2000 comercios adheridos.
La opción de compra que tenía Prado venció el último miércoles y ahora en Garbarino sostienen que están en negociaciones con otros dos interesados, aunque prefieren no dar a conocer sus nombres.
Antes de la aparición de Prado, otras dos empresas habían mostrado un interés por Garbarino. Uno era el fondo Inverlat -los dueños de Havanna-, que según fuentes del mercado contaba con el respaldo de su competidor Frávega. La otra compañía que en su momento presentó una oferta era Covelia, del empresario Ricardo Rubén Depresbiteris. Sin embargo, tanto en Inverlat como en Covelia ahora aseguran que no tienen ningún interés por quedarse con Garbarino.
El segundo frente de batalla de Garbarino está puesto en las negociaciones con el gobierno porteño por retenciones indebidas del impuesto a los ingresos brutos. “Tenemos una acreencia de $440 millones de parte del gobierno de la ciudad, que ya está reconocida por las propias autoridades porteñas. Si logramos destrabar esos fondos, podríamos cancelar la deuda que tenemos con los empleados”, explicaron al diario La Nación.
Más allá de estas negociaciones, el futuro de Garbarino se presenta cada vez más incierto. De acuerdo a fuentes del mercado, el déficit operativo de la firma supera los $300 millones mensuales y, debido a las multimillonarias deudas que arrastra con sus proveedores, las principales marcas de electrónica y electrodomésticos le están retaceando el envío de mercadería, lo que termina acentuando los problemas de la empresa. “En mayo las ventas cayeron un 60% y en junio la baja se profundizó al 75%”, reconocen en Garbarino.
La deuda con los empleados provocó la toma de la planta que tiene una filial de Garbarino, Digital Fueguina, en Río Grande, Tierra del Fuego, mientras que el Sindicato de Comercio inició un plan de lucha. Ayer el gremio que lidera Armando Cavalieri ordenó a los empleados encuadrados dentro del sindicato permanezcan en los locales de atención, con el fin de exigir una respuesta frente a la crítica situación de la compañía. Hoy los locales abrieron pero el conflicto está lejos de haberse solucionado, explicaron desde el Sindicato.