Se trata de Romina Fochesatto, oriunda de Chajarí y se presenta como discípula de Roberto Piazza. La diseñadora visitó a Gabriela Sobrado, una de las conductoras de la previa sobre la Alfombra Roja.
En la ceremonia de entrega de premios Martín Fierro, la más importante y comentada fiesta de la televisión nacional, Chajarí estuvo presente a través del trabajo de una diseñadora de modas, Romina Fochesatto; quien vistió a la periodista Gabriela Sobrado, una de las conductoras del programa "La Alfombra Roja" de la previa del Martín Fierro.
Romina trabaja ahora en Buenos Aires, aunque hace trabajos para Chajarí desde el año 2003, cuando terminó sus estudios. "Este año estoy haciendo los últimos vestidos para Chajarí, porque me la pasaba en un colectivo, y gracias a Dios tengo cada vez más trabajo acá en Buenos Aires, y con lo de anoche (por la vidriera del Martín Fierro) creo que es un despegue enorme, la difusión es tremenda, no me esperaba tanta difusión", confesó.
Romina terminó el secundario en Colegio Marista de Chajarí, en el año 2000. "Primero me fui a estudiar a Santa Fe porque mi papá no quería que venga tan chica a Buenos Aires, estudié Alta Costura en el Instituto de Roberto Piazza; y recién en 2012 me vine a Buenos Aires, que es donde está la mayor cantidad de información, materia prima y de proveedores, así que estoy muy contenta", comentó.
Respecto de cómo llegó a contactarse con la periodista Gabriela Sobrado confesó que fue "casi por casualidad, hice una producción de fotos con un productor de Chajarí, algo simple como para despuntar el vicio y mostrar lo que hacemos, y una de las fotos llegó a una productora de la revista Nubilis, a partir de allí ella me llama y hace dos o tres años que está publicada en esta revista, la directora de Nubilis es amiga de Gabriela Sobrado, y de Darío Arbina que era el diseñador que la vestía y falleció hace un tiempo".
Del proceso de producción dijo que "es en conjunto, ella me dio unas ideas, siempre en su estilo que es de verse sensual, fortalecimos sus puntos fuertes y disimular lo que ella considera que no es tan bueno, más o menos lo mismo que con todas las chicas, y mucho trabajo artesanal, tratando que la tela tenga identidad".
"Fue muy emocionante, era como estar en su sueño, trabajar con tantos famosos alrededor, fue un gran sueño, nunca pensé que se me daría tan pronto" confesó Romina, quien tiene su estudio en Recoleta, Buenos Aires. "No tengo local de puertas abiertas, porque mi estilo es más íntimo con cada clienta, y quiero seguir manteniéndolo, tenemos un promedio de 4 vestidos por mes, que significan unas 100 horas de trabajo artesanal cada vestido", concluyó. <i>(Chajarí al Día)</i>
