Gabriela Ayala estaría relacionada con la banda de otra modelo: Angie Sanclemente. La "Señorita G". Está presa en la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Esta semana la Justicia decidirá si le otorga el beneficio del arresto domiciliario.
Cuando María Noel López Iglesias fue arrestada con 55 kilos de cocaína en Ezeiza, en diciembre de 2009, se quebró el castillo de cristal. Como un dominó, con la detención de la mula vip, comenzaron a caer las piezas de una organización narco-top en la que estaban involucrados modelos y personajes de la noche porteña, entre ellos Gabriela Karina Ayala Vitale, más conocida como la “Señorita G” y famosa por haber sido filmada en una situación comprometida con el productor Gerardo Sofovich, que fue detenida esta semana en el marco de la misma causa, que investiga el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky y por la que fue condenada la modelo colombiana Angie Sanclemente Valencia.
Llamadas a su celular aparecen en los cruces telefónicos y Ariel Letizia, uno de los arrepentidos, dijo que escuchó al novio de la colombiana, Nicolás Gualco, decir: “Estas cien lucas son para Gabriela”. Sin embargo, la situación de Ayala es sensible por otro aspecto: el lavado de dinero o “narcolavado”.
Fuentes de la investigación aseguraron a PERFIL que la Unidad de Información Financiera (UIF) analiza el informe patrimonial de la “Señorita G”. “El patrimonio de Ayala no se condice con su situación económica”, indicaron. Sucede que la modelo no declaró ninguna actividad ante la AFIP. ¿De dónde provino el dinero para adquirir seis vehículos de alta gama y varias propiedades que están a su nombre? Esa es la pregunta que busca responder el organismo financiero.
Se trata de una camioneta BMW X5, modelo 2007; un Mini Cooper sedán tres puertas, modelo 2005; un Peugeot sedán 5 puertas XT Triptonic, modelo 2005; un Jeep Cherokee Limited Diesel, modelo 2000; un BMW sedán 3 puertas 318 Tia Compact, modelo 1998 y un Ford Mustang cupé, modelo 1997. Además, al menos cuatro propiedades estuvieron a su nombre, entre ellas viviendas en la costa, el restaurante Nascondiglio, de Báez 390, en Palermo, y un departamento en las lujosas torres Mendevilla, ubicadas en Humboldt 2053. Si bien sus allegados y abogados aseguran que la mujer ya se desprendió de los bienes, a la UIF le resulta sospechoso que “hay una equivalencia entre el crecimiento patrimonial y la actividad de la organización narco”. Además, “la venta no figura en los registros, por lo que las operaciones de venta se habrían realizado con personas que tienen antecedentes por narcotráfico”, indicó la fuente.
Por otro lado, de la causa, a la que tuvo acceso PERFIL, se desprende que ella “denotaba una actividad desarrollada con cierto expertise y habilidad de su parte, para manejarse en el ambiente de las presentaciones entre personas de distinto género, segmento profesional por el que percibiría significativas retribuciones merced a sus conexiones con varias figuras de notoria celebridad”. Es decir, relaciones públicas de la noche. Según fuentes judiciales, para el juez Aguinsky la detención de Ayala podría significar el inicio de la segunda fase de la causa. Ahora, están en la mira de la fiscal Alicia Sustaita “personajes periféricos de la noche que, de alguna manera, generaban logística local” a la organización. Por esa razón, podría requerir nuevas citaciones la próxima semana.
El escondite. El entorno de Vitale apunta a su ex marido, Juan Martín Scordamaglio, quien fue apoderado del restaurante Nascondiglio (el escondite, en italiano) –en la actualidad, propiedad de Ceviche Cañitas–. Scordamaglio tiene antecedentes por estafas y fue denunciado por Ayala por el abuso sexual de su hija de 4 años. Jorge Zonzoni, mánager de Ayala, difundió un audio de una conversación que mantuvo con su representada en el que se la escucha decir: “Fue Martín”. “Tiene amigos, de acá, de allá... Políticos. El me hizo llegar que algo me iba a pasar.” “Hace veinte días lo detuvieron por autos robados.”
“Todos los bienes son de él, Gabriela es una presta nombre”, indicaron a PERFIL. Walter Krieger, su ex abogado, dijo a este diario que ella “es inocente y todo se pudo justificar, excepto una camioneta”. Zonzoni aseguró que Ayala ya no vivía en el departamento de Humboldt sino con su madre y su hija, en Caballito.