Alejandro Aquino, de 12 años, sobrevivió al choque y caída del colectivo en el Arroyo Yazá. Con un brazo fracturado, recordó cómo su padre lo abrazó antes del impacto y pidió auxilio desesperado hasta que los bomberos los rescataron.
El testimonio de Alejandro Aquino, un niño de apenas 12 años, estremeció a todos al relatar cómo logró sobrevivir al accidente del colectivo que cayó al Arroyo Yazá. El menor recordó con crudeza los segundos previos al impacto, cuando su padre lo abrazó para protegerlo, y los momentos de desesperación en que, herido, gritó por ayuda entre el agua y los restos del vehículo hasta que los bomberos los encontraron.
Alejandro, una de las víctimas y sobrevivientes del trágico siniestro ocurrido en la Ruta Nacional 14, relató que estaba despierto al momento del choque y que todo ocurrió en cuestión de segundos. “Estaba despierto para el momento del choque y sentí el frenón de golpe que pegó el colectivo. Y justo cuando el colectivo pegó el frenón, mi papá se levantó y me abrazó rápido. Cuando me abrazó, me asusté. Y cuando me abrazó el colectivo se empezó a descontrolar”, contó con la inocencia y el dolor de quien acaba de vivir una experiencia límite.
“Cuando desperté, la mitad del colectivo ya estaba hundida”
El menor explicó que perdió el conocimiento durante el impacto y que despertó cuando el vehículo ya estaba sumergido.
“Hasta el momento lo que yo me acuerdo fue que dimos una vuelta, y ahí se ve que me pegué en la cabeza y quedé inconsciente por varios minutos hasta que llegamos al arroyo Yazá, la mitad del colectivo ya estaba hundida en el arroyo”, relató Alejandro.
A pesar de tener un brazo fracturado y múltiples cortes, el niño no se rindió y comenzó a pedir ayuda desesperadamente. “Yo seguía gritando ‘auxilio, ayuda’, porque mi papá apenas podía respirar. Y yo decía, por lo menos si no nos pueden sacar, hagan un agujero para que mi papá respire. Y yo gritaba, gritaba, hasta que los bomberos se percataron de mí y fueron a rescatarnos”, recordó.
El rescate y la angustia
Los bomberos que trabajaron en el lugar lograron localizar al padre y al hijo, quienes seguían atrapados entre los restos del colectivo. “Hicieron un agujero para que mi papá respirara y cortaron el techo del colectivo para sacarnos”, relató el niño conmovido.
Alejandro fue trasladado al hospital con una fractura de brazo y seis puntos de sutura, mientras su padre continúa internado con lesiones de gravedad, aunque fuera de peligro.
Los rescatistas destacaron la entereza del menor, quien, a pesar del dolor y el shock, no dejó de pedir auxilio hasta que ambos fueron encontrados.
Un mensaje con conciencia
Antes de finalizar su testimonio, Alejandro dejó un mensaje de reflexión para todos los conductores.
“Yo quiero dejar un mensaje para la gente que si llega a beber alcohol o cosas así, por favor, no vayan a salir a la ruta, porque gente así como nosotros, inocentes, que no hicimos nada, terminamos pagando lesiones, rupturas y todo eso por culpa de gente que no piensa dos veces las cosas.” (Fuente: Misiones online)
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