En los alegatos finales, fiscalía y querellas reclamaron que los siete imputados sean declarados culpables. Se pidió prisión perpetua para César Sena y para Emerenciano y Marcela Acuña, y condenas por encubrimiento para el resto.
El Equipo Fiscal Especial y las dos querellas solicitaron este jueves que los siete imputados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski sean condenados. Ante el Jurado Popular, pidieron prisión perpetua para César Sena y sus padres, Emerenciano y Marcela Acuña, mientras que reclamaron declarar culpables a sus colaboradores como encubridores.
El fiscal Juan Martín Bogado afirmó que el juicio permitió reconstruir “el antes, durante y después” del hecho. Sobre Cecilia, expresó que “creía que iba a ser feliz con César, que pensaba en el futuro con él, pero se cruzó con personas equivocadas. Marcela Acuña y Emerenciano Sena no la querían”. Para el fiscal, el casamiento de la pareja “fue el punto de partida”, y sostuvo que “apenas 24 horas después se divorciaron porque Marcela se lo impuso a César”.
Bogado remarcó que “siempre era Acuña la que aparecía en la vida de César y Cecilia” y vinculó la resistencia de la joven a la apertura del café “Gato Negro” con el movimiento social del clan Sena. Dijo que Cecilia “se opuso y le salió caro eso”.
El fiscal describió el ingreso de la joven a la casa de los Sena el 2 de junio: según su alegato, “César la mató” en una habitación, luego de que ella intentara defenderse. Sostuvo que el grupo buscó “borrar cualquier rastro”, apoyándose en mensajes de los acusados y en el testimonio de la empleada Rosana Ferreira, quien vio “rara, distinta” a Acuña. También señaló que Acuña pidió a Fabiana González “carguen la basura donde sea. La basura era Cecilia”.
Bogado afirmó que el cuerpo fue llevado a Campo Rossi, donde “lo quemaron” y que las antenas de telefonía confirman el desplazamiento. Destacó que “no hay dudas de que la mataron, la quemaron y luego intentaron borrar cada huella”.
En su alegato, el querellante Gustavo Briend recordó que “la verdad no se quema” y aseguró que “sólo una parte estaba enamorada, la otra estaba obsesionada”. Sostuvo que “César no actuó solo, actuó bajo el mandato de los padres” y que el plan del viaje a Ushuaia tenía como fin encubrir el crimen.
Para Juan Díaz, querellante por el Estado, “Cecilia está hoy gritando, aún muerta, que este hecho se cometió por una organización delictiva". Afirmó que hubo “un plan organizado previo por parte de Marcela y Emerenciano y ejecutado por César”.
Las defensas, en cambio, cuestionaron la investigación y negaron la existencia de un plan criminal. El abogado de Emerenciano Sena, Ricardo Osuna, dijo que “nada de eso se probó” y apuntó que las cámaras muestran que su defendido no estaba en la casa al momento del hecho. Sostuvo que la fiscalía pretende “acreditar el hecho con dos o tres piezas”.
La defensora de Acuña, Celeste Ojeda, afirmó que la acusada se enteró de la muerte de la joven horas después y que actuó “de manera precipitada, no organizada”. Aseguró que “Marcela no ideó ni participó del homicidio” y que lo suyo fue “encubrimiento agravado”.
La defensa de César Sena negó que exista prueba suficiente y cuestionó la hipótesis de que el cuerpo haya sido quemado en Campo Rossi. “Al día de hoy seguimos sin comprobar la existencia de un homicidio”, sostuvo la abogada Gabriela Tomljenovich.
Los defensores de Obregón, González, Reinoso y Melgarejo también pidieron absoluciones, argumentando falta de pruebas y participación secundaria o nula.
El jurado popular comenzará a deliberar este viernes, luego de recibir las instrucciones finales del tribunal.