En la mañana de este martes, ex integrantes del Servicio Penitenciario Provincial y ex agentes que trabajaron en la cárcel de Gualeguaychú realizaron un acto y una recorrida por el penal cerrado desde hace dos años.
Con emoción, en la puerta de la segunda cárcel más antigua del país se concretó un acto de despedida de quienes fueron sus celadores a lo largo de los años, algunos de ellos con más de tres décadas de labor entre esos pasillos, celdas y garitas de seguridad.
Organizado por los ex integrantes del Servicio Penitenciario, tras una iniciativa del suboficial retirado Fabián Cabrera, la actividad congregó a familiares y autoridades municipales. Al finalizar, el director Principal de Formación del SPER, prefecto Rubén Gómez, encabezó una recorrida por las instalaciones donde funciona el Espacio de la Memoria de Madres de Plaza de Mayo Gualeguaychú y por los sitios habilitados al público tras su cierre definitivo.
Alfredo Carballo fue quien habló en representación de los ex penitenciarios y destacó que "aquí dentro está nuestro verdadero sentido de pertenencia que nos correspondió durante años y que hoy vemos que se escapa, que se diluye. La mayoría de nosotros hemos pasado gran parte de nuestros días aquí adentro, detrás de estos muros casi imbatibles que rodean la cárcel y sabemos del esfuerzo y dedicación que exigía nuestra labor en ese momento con las herramientas justas, con los escasos recursos y limitada preparación. Sin dudas estuvimos a la altura de la circunstancia".
Carballo señaló que "nos sorprendió de sobremanera el cierre en 2022 porque este era el centro de detención de máxima seguridad de la Provincia, y con ese cierre muchos de nosotros sintió que se abría una herida profunda dentro nuestro, una herida que aún sangra y deja escapar día a día gotas de dolor que emanan de nuestro corazón gris, de nuestro corazón penitenciario".
Sobre aquel acto de cierre realizado por el Gobierno Provincial indicó que "nunca fuimos convocados, ni invitados, pero ese acto que nos conmocionó. Por el solo hecho de haber pasado un tercio de nuestras vidas arriesgando la piel más de una vez aquí adentro, considero que merecimos estar en ese momento histórico. Sentimos que faltó un eslabón en la cadena del cierre de la unidad".
Carballo manifestó que este 30 de julio es un "día histórico porque tenemos esta hermosa oportunidad de sanar esas heridas, de cerrar el ciclo, de dar un último adiós a estos muros. Es un momento íntimo para nosotros mismos, es un autorreconocimiento a cada trayectoria en la cárcel pública, en la cuadrada como se identificaba a este edificio legendario".
"Nos tocó durante años una ardua tarea poco reconocida socialmente, pero que siempre nos llenó de orgullo llevar a cabo, pues ese sacrificio quedó demostrado en cada hora de servicio y era el modo digno de brindarle lo mejor a nuestro grupo familiar. Nuestras familias han sido durante mucho tiempo el mayor puntal de cada uno de nosotros". (Reporte 2820)
