REDACCIÓN ELONCE
El padre José María Pincemín ofició la tradicional Misa que incluyó el lavatorio de los pies, un rito que tiene una carga simbólica profunda dentro de la espiritualidad cristiana, supo Elonce.
Este Jueves Santo, en la Parroquia San Roque, ubicada en la esquina de calles Soler y Vicente del Castillo, de la capital entrerriana, se vivió una emotiva ceremonia litúrgica en el marco de la Semana Santa. El padre José María Pincemín ofició la tradicional Misa de la noche, que incluyó el lavatorio de los pies, un rito que tiene una carga simbólica profunda dentro de la espiritualidad cristiana.
Este gesto, que remite directamente al Evangelio, evoca el momento en que Jesús, en la Última Cena, se inclinó ante sus discípulos para lavarles los pies. El lavatorio representa un llamado directo a la humildad, al amor fraterno, a la caridad y a la reconciliación. Son valores esenciales que, en estos días santos, la Iglesia invita a renovar con el corazón abierto y en comunidad, según se informó a Elonce.
De la ceremonia participó un grupo de hombres, que fueron elegidos entre los presentes. Uno a uno se fueron descalzando, retirando cordones y zapatillas, y presentando sus pies ante el altar. El padre Pincemín, en gesto de entrega y servicio, vertió agua contenida en una palangana sobre cada pie, en una recreación del acto que está narrado en los Evangelios de Juan, Lucas, Marcos y Mateo.
Según se indicó, la feligresía presente, reunida en clima de oración y contemplación, acompañó el momento con profundo respeto, entendiendo el mensaje de fondo: servir al otro desde el amor, sin importar jerarquías, roles o apariencias. Porque como el mismo Jesús enseñó, "el que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos".
Este Jueves Santo no solo conmemora el inicio del Triduo Pascual, sino que también nos interpela a caminar con Jesús en estos días santos, a leer y meditar las Sagradas Escrituras y, sobre todo, a dejarnos transformar por la gracia de su ejemplo.