REDACCIÓN ELONCE
El poeta y cantor entrerriano murió este domingo a los 83 años. Figura clave del folclore y autor de clásicos como “Canción de Puerto Sánchez”, será despedido en la intimidad familiar. “Hay voces que no se apagan”, expresaron allegados a Elonce.
El reconocido poeta y cantor Jorge Méndez falleció este domingo a los 83 años, dejando un profundo vacío en la cultura entrerriana. Nacido en Paraná en 1942, fue uno de los más grandes referentes del cancionero popular de Entre Ríos y una figura insoslayable del folclore argentino.
Su obra, de raíz profundamente regionalista, trascendió fronteras con canciones que se convirtieron en emblemas de la identidad litoraleña: “Canción de Puerto Sánchez”, “El Jornalero”, “Yo soy de Paraná” y “El puentecito de La Picada”, entre muchas otras. Cada una de sus composiciones retrató la esencia del paisaje, la memoria y la gente de su tierra.
Una despedida en silencio y respeto
La familia de Méndez confirmó la noticia y pese a que trascendió que los restos del músico, cantor y poeta, serían velados entre las 15 y las 21, se indicó que será una ceremonia íntima y reservada. Al respecto, solicitaron respeto en este momento de dolor y pidieron que su memoria sea honrada “a través de sus canciones y de su legado artístico”.
“Hay voces que no se apagan, aunque el silencio las envuelva. La de Jorge Méndez, sigue latiendo en cada rasguido, en cada estrofa que recuerda la raíz de esta tierra”, expresaron allegados, resumiendo el sentimiento de una provincia que despide a uno de sus grandes.
Legado eterno en la música del litoral
A lo largo de su trayectoria, Méndez recibió numerosos reconocimientos, pero su mayor premio fue el cariño de su pueblo. Su obra ha sido interpretada por artistas de todo el país y forma parte del repertorio ineludible del folclore entrerriano.
Su canto, sencillo y profundo, se convirtió en símbolo de una identidad que encuentra en la música la forma más pura de expresión. Jorge Méndez se despide físicamente, pero su voz seguirá viva en cada festival, en cada guitarra, en cada corazón que cante sus versos.