Es para el domingo a las 18 frente a la Catedral, marchando luego al Palacio de Tribunales. "No queremos que la madre quede libre, o la hagan pasar por loca", dijo la abuela de la beba muerta.
Graciela Aguirre, abuela paterna de Iara Yazmin Giménez, la bebé que falleciera el 29 de octubre de 2014, contó el profundo dolor que les toca atravesar. Por el crímen están siendo investigados Maia Farías, madre biológica de la menor, y Pablo Permayú, su pareja en ese momento.
"Hoy en día, supuestamente, el caso estaba como homicidio calificado, agravado por el vínculo, porque ella desde un principio, mintió. En diciembre, ella dijo que quien la mató, fue él", comentó la abuela.
"Si fue él, que se pudra en la cárcel. Pero ella también debe ir a la cárcel, por tapar todo. Todo ese mes que estuvo con ella, fue cruelmente maltratada. Y creo que esto se hubiera podido evitar: anduvimos por el Copnaf cuando ella estuvo internada... hasta amenazas he recibido por esto, que me calle, que no nombre al Copnaf...", agregó.
Graciela señaló además que Maia también tiene otra nena, de cuatro años. La mujer reveló que a Iara Yazmin "le pegaron un sacudón que le produjo una embolia en la cabeza. También tenía costillas quebradas de vieja data... Un mes solo la tuvieron ellos, porque estuvo un mes en Neonatología, ya que había nacido con poco peso".
Sobre los por qué de esta agresión, Graciela acotó: "Lo único que puedo decir, es que no tengo la explicación, ni la voy a tener jamás. Es algo inexplicable, y a nosotros nos mataron en vída. Mi hijo iba mañana y tarde a ver la nena a Neo, mientras que a la madre la tenían que buscar con la Policía para que le dieran a la nena. Ahora me dieron a la otra nena de esta mujer, por qué no me dieron la bebé?", se preguntó la mujer.
Sobre la causa
Graciela Aguirre develó que "la pareja de este muchacho, en primer lugar declaró que no vivían juntos. Pero no es así, y existen declaraciones en contrario. Lo que no se entiende es por qué Maia, la madre, dijo que era maltratada y no le dejaban que ella defienda a su hija. No sé qué se le pasó por la cabeza, porque estaba consciente de todo".
"Hoy, mi hijo está trabajando. Cadetea. A la otra nena, Esperanza, la llevamos al jardín, y hacemos lo posible para que no le falte nada y tenga una infancia feliz. No pide ver a la madre, pero tampoco la ponemos en contra. Habla mucho de su hermanita, la quiere ver al menos un ratito, aunque para eso tenga que ir por un momento al cielo", finalizó.