La flamante soberana consorte lució las más destacadas piezas del tesoro de los Orange: tiaras, collares y accesorios. De valor incalculable, tanto monetario como histórico. Algunas llevaban años guardadas.
Para la cena de gala de despedida de Beatriz, la última de Máxima como princesa, usó la tiara de diamantes de la reina Juliana. Fue elaborada con piedras de su abuela, la reina Emma (las había recibido como regalo de boda). La pieza tiene un peso total de 100 kilates.
34 de esos diamantes eran parte de un collar anterior. Sobre el enorme diamante de la joya, se trata del llamado “Stuart”, de 36 quilates proveniente de la India. Su nombre se debe a la reina que la llevó.
La espectacular tiara de la coronación, de diamantes y zafiros, por la casa parisina que la elaboró. El rey Guillermo III se lo regaló a su esposa Emma.
Tiene 31 diamantes de Cachemira, muy especiales y el central tiene 44 quilates. El resto, 655 diamantes provenientes de Sudáfrica montados en una diadema de platino. Son en total, 155 quilates. Cabe destacar que fue renovada porque antes era de oro. Esto sucedió en 1928, a cargo de la firma holandesa Van Kempen.
El espectacular broche es parte del conjunto y puede usarse en forma de collar.
Para la foto oficial eligió la misma tiara que para la boda de los herederos de la casa de Luxemburgo: seis rubíes talla oval acompañados por diamantes talla brillante.
Se sabe que en los últimos años la esposa del flamante rey de Holanda se ha convertido en uno de los íconos de estilo más fotografiados como lo fueron en su momento la inglesa Lady Di o lo es actualmente la española Letizia Ortiz, otra plebeya que se transformó en princesa.
Máxima ama los colores fuertes y los tonos beige (aunque últimamente se la visto mucho en negro sólo o con blanco), se atreve a lucir los tocados más extravagantes, nunca se olvida de complementar sus equipos con los accesorios indicados y se luce tanto en un elegante vestido a la rodilla complementado con un tapado o con un jean y una camisa estampada con un par de balerinas. Estas últimas prendas serán las que más se le extrañarán. A partir de ahora, por cuestiones de protocolo, no podrá usar jeans de nuevo.
Para la noche, le gustan los vestidos ceñidos con drapeados, los escotes strapless y los brillos. En su agenda fashion figuran los nombres de los argentinos Benito Fernández y Graciela Naum. Dentro de los internacionales, además de Valentino, tienen la palabra en el vestidor de la nueva reina de Holanda Edouard Vermeulen de la casa belga Natan o el holandés Jan Taminiau. Entre los sombrereros sobresalen desde el inglés Philip Treacy hasta la belga Fabienne Deleveigne y la argentina Laura Notinger.